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El arquitecto gijonés en la calzada del Muro, que en su propuesta para soterrar el tráfico pasaría a peatonalizarse y urbanizarse para crear un nuevo bulevar urbano.

«Hacer del Muro el salón urbano de Gijón solo es posible sin la barrera del tráfico»

arquitecto | «Entiendo esta propuesta de ordenación como un proyecto para toda la sociedad. Ese concepto debe estar por encima de contiendas políticas»

MARCOS MORO

Lunes, 30 de marzo 2015, 00:21

Jovino Martínez Sierra (Gijón, 1961) es el arquitecto a quien el gobierno de Foro ha encomendado la reforma integral más ambiciosa en la historia del Muro. Una actuación que plantea soterrar el tráfico desde la glorieta del Piles a Eladio Carreño e implantar una pérgola multiusos de 900 metros lineales. Galardonado con el Premio Asturias de Arquitectura, es autor de otros proyectos en la ciudad como el plan parcial de Cabueñes y el parque fluvial del Piles.

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¿Cómo y cuándo surge el encargo de este proyecto tan singular?

En verano, el Ayuntamiento se puso en contacto conmigo. Recuerdo que la alcaldesa me dijo una frase: «Quiero un Muro para vivir». Tuvieron en cuenta la circunstancia de que había formado parte del equipo que hizo la última remodelación del paseo inaugurada en 1993.

Ya han pasado más de 20 años de aquello. ¿Ya no tiene sentido seguir con ese tipo de intervenciones blandas?

Los proyectos tienen una vigencia y un plazo de amortización. La actual solución del paseo fue buena en su momento y resolvió las necesidades que se planteaban entonces. Sin embargo, la situación actual exige otro tipo de requerimientos sociales, relacionados con los usos y la calidad de vida urbana de los ciudadanos.

¿Cuál es su diagnóstico actual?

El paseo del Muro es uno de los lugares con mayor demanda de uso de la ciudad, llegando a ser insuficiente en la actualidad para la afluencia de gente, especialmente en el verano, y además es el espacio al que se vuelca gran parte de la estructura urbana de Gijón. Actualmente la superficie ocupada por el tráfico es mayor al 50% y el peatón queda restringido a una banda junto al mar, siendo la calzada de tráfico una barrera entre la trama urbana y el paseo.

¿Qué soluciones concretas propone en su proyecto para resolver esa problemática?

Lo primordial es conseguir calidad urbana, dando prioridad al peatón y la bici y reorganizar el área en su conjunto desde la barandilla hasta las fachadas de los edificios, integrando las áreas infrautilizadas. Hacer del Muro el salón urbano de Gijón solo es posible sin la actual barrera del tráfico. La operación de soterrar la circulación rodada y liberar espacio para el peatón resuelve y hace compatible todas las formas de movilidad: el tráfico peatonal, el tráfico motorizado y el ciclista, aumentando considerablemente la seguridad vial, la superficie y las condiciones para el disfrute del paseo en bicicleta. El proyecto prescinde de la red semafórica para conseguir mayor fluidez en el tráfico rodado soterrado.

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Banda semipeatonal

Pero se podrá seguir pasando en coche en superficie por una zona restringida, ¿no es así?

Se proyecta un espacio de carácter peatonal en la mayor parte de la superficie que ocupa actualmente la calzada de tráfico, pero también se reserva una banda de paso semipeatonal con un carril en una única dirección y una banda de aparcamiento y paradas de emergencia entre la calle Caridad y la avenida de Castilla. Dicho carril será de baja velocidad y se enrasará al mismo nivel de la acera de los edificios para conseguir un espacio continuo, fluido y amable. Estudios de tráfico en las calles afectadas tendrán que determinar si esta zona restringida será de uso exclusivo para residentes o para cualquier vehículo.

Otro elemento nuclear es la recuperación del concepto de las pérgolas del Muro de los años 60 para agrupar servicios de la playa como el salvamento y la policía urbana y dar cobijo a nuevos usos y actividades en el paseo.

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Este es un proyecto posibilista que apuesta por crear un espacio con identidad, personalidad, calidad urbana y paisajística. La percepción social del espacio urbano es lo que da sentido a la actuación. Se plantea un tablero de juego con distintos usos para todas las edades y equitativo para todos los ciudadanos, accesible y que nos hace descubrir una nueva perspectiva del paisaje. La filosofía es posibilitar nuevos usos y nuevas formas de estar y recorrer el paseo, de día y de noche, al sol o a la sombra, bajo la lluvia o a cubierto, en verano y en invierno. En la zona inferior de esa estructura-pérgola recorrible en su parte superior, se crean juegos infantiles, espacios para jóvenes y mayores, cafeterías, miradores sobre el mar y espacios estanciales polivalentes para que los ciudadanos elijan sus actividades y se encuentren a gusto, además de agrupar los servicios de salvamento y policía, actualmente situados sobre la arena. Todo ello ofrece nuevas posibilidades socioeconómicas, implantación de hostelería, activación comercial de la zona y mejora el posicionamiento turístico de Gijón. ¿Se imagina poder estar en una terraza frente al mar en invierno o por la noche como se hace en países con climas extremos? El proyecto además es respetuoso con la memoria histórica y los elementos preexistentes del paseo que forman parte de la imagen de la ciudad, como la barandilla y las farolas, así como los tamarindos.

Conexión con la glorieta

¿De qué materiales se construirá la pérgola que estructurará el nuevo bulevar urbano?

El trabajo se ha hecho a nivel de estudio previo y aún no se han definido esos materiales, pero lo que sí se plantea en su conjunto para la actuación es una estrategia sostenible baja en carbono que mejorará la calidad medioambiental del paseo y de todo el área residencial próxima a la zona. Este planteamiento le hace susceptible de obtener financiación económica mediante programas de fondos europeos.

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¿De qué forma se salvará la conexión del túnel que soterrará el tráfico hasta Eladio Carreño con la actual glorieta peatonal del Piles?

El tráfico del soterramiento en la glorieta del Piles discurre 'cajeado' a una cota aproximada de -7 metros respecto a la calzada de superficie, con dos carriles de tráfico, uno en cada dirección, que son los que conectan con la avenida del Molinón, teniendo por tanto un carril de entrada y otro de salida. Hacia el oeste los dos carriles de tráfico soterrado se convierten en cuatro. Se incorpora un carril hacia el Ayuntamiento pasada la glorieta en Rufo Rendueles (tráfico que viene del puente del Piles o avenida de Castilla) y un carril de salida del túnel a la altura de la calle Marqués de Urquijo para poder llegar a la glorieta e incorporarse a ésta en todas direcciones. Las conexiones peatonales se mantienen a través de los pasos subterráneos a la cota actual, es decir más altos que el nivel de tráfico soterrado. Desde el parque de Isabel la Católica hay una conexión peatonal y del carril bici que une con la rampa y escalera actuales situadas junto a la primera manzana de Rufo Rendueles, haciendo esquina con la avenida de Castilla, y desde el 'kilometrín' (zona del parque junto al río Piles) conecta con el Muro por la rampa actual situada en el paseo justo debajo de la nueva rampa que sube a la pérgola proyectada.

¿Cree que este proyecto, que responde a una vieja aspiración gijonesa, puede verse lastrado por identificarse como una baza electoral de la alcaldesa?

Entiendo esta propuesta de ordenación como un proyecto para toda la sociedad y como un proyecto de ciudad. Esos conceptos deben estar por encima de contiendas políticas en mi opinión. Me parecería triste que una infraestructura básica y un espacio fundamental que se puede revitalizar no sea un proyecto de consenso y del que podamos tirar todos juntos a la vez sin intereses partidistas.

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¿Qué opinión le merece el vigente plan de fachadas del Muro?

El proyecto de Celestino García Braña que ganó el concurso de ideas en 2001 era una apuesta de calidad y creo que fue una gran oportunidad perdida. Tenía la pretensión de dar unidad al conjunto de fachadas de todos los edificios creando un nuevo frente marítimo. En estos años se ha intervenido, pero creo que las obras se han separado del espíritu inicial del concurso, que perseguía la uniformidad del conjunto. La solución a la que se ha llegado es desigual y fraccionada.

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