«La altísima inserción laboral es una de las razones de la subida de matrícula»
«Aumenta el porcentaje de alumnado que compagina estudios y trabajo. Por eso tenemos que dar una vuelta a los modelos docentes»
Están siendo semanas de intenso trabajo las transcurridas desde que arrancó el curso académico –el 10 de septiembre– para el equipo directivo de la Escuela ... Politécnica de Ingeniería de Gijón. Ya finalizado el último plazo de matrícula, la directora de la Escuela, Inés Suárez Ramón, hace balance.
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–Están de enhorabuena. La escuela gana alumnado de nuevo ingreso.
–Sí, crecemos un 22% en global. A fecha del 25 de septiembre teníamos 817 estudiantes de nuevo ingreso.
–Ya el curso pasado se apreció esa recuperación.
–Sí, pero mucho menos. Este año es algo muy notable.
–Observando las notas de corte para los estudios de la EPI ¿hay algo que le llame la atención?
–Este año, en primera lista, Ingeniería Informática subió la nota del 9,060 del año pasado al 9,576, que es bastante. En Mecánica, que estaba en un 5 y donde tradicionalmente entraba todo el mundo ya en la primera lista, este año tuvo un 6,848. Teleco también subió, pasó de 6,549 a 7,572. El doble grado en Datos e Informática pasó de un 12,950 a un 13,400. Es llamativa porque fue superior a la nota de otros estudios de la Universidad de Oviedo que tradicionalmente ocupaban los primeros puestos. Quedó por encima de las carreras de Ciencias de la Salud, lo cual no es habitual.
–¿Qué razones encuentra para esa subida de matrícula después de unos años en que las ingenierías venían perdiendo alumnado?
–Las ingenierías estaban experimentando una caída progresiva, aunque en nuestro caso no demasiado acusada. Lo que está ocurriendo ahora creemos que no se debe solo a una razón. Influyó, creo, que el Vicerrectorado de Estudiantes adelantara el calendario de prescripción y matrícula. Antes ocurría que potenciales estudiantes que solicitaban plaza en la Universidad de Oviedo y la obtenían después de que ya hubieran hecho todos los trámites en otra Universidad ya no daban marcha atrás y se iban a estudiar fuera.
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–¿Qué otros factores encuentra?
–Bueno, hemos intensificado un poco las actividades de difusión de la ingeniería. En las charlas en los centros educativos hemos variado un poco el discurso, poniendo ejemplos más prácticos y cercanos. Porque todo el mundo sabe lo que hace el médico pero la pregunta recurrente que nos hacían al terminar esas charlas era '¿y qué hace un ingeniero?'. Además, en vez de ir nosotros a los centros, hemos tratado de que vengan ellos aquí. Por otro lado, ya se están asentando las olimpiadas, sobre todo las de ingeniería industrial y de telecomunicación, las más recientes. Y concursos como la First Lego League, a los chavales les resultan más llamativos.
–¿La elevada empleabilidad de los ingenieros puede estar también detrás de ese incremento de matrícula?
–Desde luego. La inserción laboral de los estudios de ingeniería ahora mismo es altísima. Eso seguro que influye. A lo mejor no tanto en los chavales, pero sí que en las familias o en sus educadores, que serán quienes les puedan hacer recomendaciones para que ellos tomen sus decisiones.
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–¿Cuáles son ahora mismo las ingenierías con mejor salida profesional?
–De nuestros estudios, todos. Yo no sabría decir cuál mejor o cuál peor. Una explicación es que ahora las empresas normalmente buscan equipos multidisciplinares, no tienen problemas en incorporar a gente de otras especialidades afines, porque también les pueden aportar su visión
–Normalmente los estudiantes hacían prácticas en empresas en el último curso. Pero eso ha cambiado ¿no?
–Sí, va en aumento el número de alumnos que compatibilizan estudios con prácticas ya desde tercero. Y también hay más porcentaje de estudiantes que compatibilizan estudios y trabajo. Por eso tenemos que darle una vuelta a los modelos docentes, porque hay muchos estudiantes de máster que se matriculan, empiezan a trabajar enseguida y luego encuentran dificultades para compatibilizar estudios y trabajo. Es una pena, porque acaban abandonando el máster. También sería muy positivo que las empresas valorasen de forma diferente el nivel de estudios. Tener uno o dos años más de formación universitaria supone una gran diferencia.
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–Cuando habla de dar una vuelta a los modelos docentes, ¿en qué está pensando?
–Vamos a dedicar este año precisamente a pensar cómo lo queremos orientar. No está claro.
–Iba en esa línea la idea de que el máster de Ingeniería Informática fuera semipresencial, para poder compaginar trabajo y estudios, ¿no?
–Sí, iba en esa línea, pero de momento no hay nada concreto. Ese tema lo vamos a dejar aparcado.
–¿Qué prioridades tienen para este curso?
–Básicamente, cuestiones de innovación docente. Uno, el tema de la acreditación institucional y el otro, una adaptación de titulaciones de grado y máster. Son procesos que llevan su tiempo. Si todo va bien, lo podremos mandar a evaluar por la Aneca para que se ponga en marcha en el curso 2026-27.
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Auditorías y acreditación
–¿El máster de Industriales estará para el curso 2025-26?
–No. Teníamos enfocado un esquema, pero se generó un debate entre el profesorado y luego nos llegó el adelanto de las elecciones a rector así que hubo casi un punto y aparte. Pero en este curso sí lo vamos a abordar.
–¿Cuándo le toca a la EPI renovar la acreditación institucional?
–Antes del verano de 2025. Requiere bastante esfuerzo por nuestra parte. Vamos a tener que pasar dos auditorías.
–¿Cómo va la aplicación de los programas de recorrido sucesivo?
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–Ahora que ya está el reglamento, lo vamos a hacer con los tres másteres habilitantes; Industriales, Informática y Telecomunicación. Para el curso 2025-2026 los tendremos en marcha casi seguro. Esperamos que resulten bien.
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