Ocho personas salvan la vida de un anciano atrapado por el incendio de su piso en Gijón
La víctima sufrió quemaduras graves y dos rescatadores, intoxicación por humo
La de ayer en la avenida de Portugal de Gijón fue una historia marcada por el altruismo y la solidaridad. La de un grupo de personas, en su mayoría jóvenes, que arriesgaron su vida por salvar la de Alfredo, un octogenario atrapado en su casa en llamas, al que no conocían. La valentía de sus rescatadores, que entraron en el piso mientras era devorado por el fuego, le salvó por segundos de morir quemado y dejó impresionado al barrio de Laviada. No solo por lo pavoroso del incendio. También por el arrojo de los ocho ciudadanos que abrieron a patadas la puerta del portal y la del piso antes de que llegasen los bomberos.
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La hazaña dejó heridos a dos de los rescatadores. Uno de ellos un chaval de 17 años, I. J. L., que sufrió una intoxicación por humo. El otro, un hombre de 45, M. R. M., que tenía dificultades para respirar y un corte en una mano por golpear la puerta para abrirla. El inquilino del piso, Alfredo R. B., sufrió quemaduras graves y se encuentra en el Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA). Los sanitarios barajaban a última hora de ayer trasladarlo a la unidad de quemados de Getafe.
El incendio se originó pasadas las siete de la tarde en el número 15 de la avenida de Portugal, a la altura de la calle de Pola de Siero. «Estaba comprando tabaco en el estanco de enfrente y de pronto la gente en la calle empezó a dar voces y a señalar para el primer piso, gritando que había un señor mayor atrapado dentro. Vi que un hombre salía corriendo en dirección al portal y no lo pensé dos veces, fui con él y empezamos a darle patadas hasta que conseguimos abrirlo. Subimos rápidamente y empezaron a sumarse ya más personas para intentar sacarle. Fue todo muy rápido», relata José Antonio Suárez Álvarez, uno de los héroes ciudadanos.
Para entonces los cristales de las ventanas ya habían explotado y las llamas salían varios metros hacia la calle por la primera planta del edificio. «Subimos y también empezamos a darle patadas a la puerta del piso, hasta que logramos abrirla. Ya no se veía nada, había un humo que no te dejaba ver a un palmo y no se podía ni respirar», relata José Antonio Suárez.
La vecina de puerta del piso siniestrado sacó toallas mojadas y dos de los héroes anónimos entraron a la vivienda a la desesperada para sacar al anciano. Lo consiguieron. El hombre se encontraba consciente, pero con graves quemaduras en la cara y en los brazos. «Lo escucharon quejarse y lograron llegar hasta donde estaba, fue cuestión de segundos», explica el testigo.
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Entre todos consiguieron bajarlo hasta la calle y en pocos minutos llegaron ya los bomberos, los sanitarios y la Policía Local. Mientras el SAMU se hacía cargo del herido de mayor gravedad y lo trasladaba al HUCA, otras dos ambulancias atendían a los dos heridos leves. Les pusieron oxígeno y los llevaron al Hospital de Cabueñes.
Los bomberos accedieron a la vivienda y sofocaron las llamas que prácticamente habían arrasado la estructura de madera. Hasta tres dotaciones participaron en el operativo, que obligó a cortar la avenida de Portugal durante casi dos horas, coincidiendo con el masivo récord de escanciado de sidra en Poniente, una situación que generó importantes retenciones de tráfico. El Servicio de Salvamento y Extinción de Incendios y la Policía Nacional investigan ahora el foco del incendio que en cuestión de minutos asoló la vivienda. A última hora los vecinos del edificio pudieron regresar a sus casas al comprobarse que la estructura no estaba afectada. En el momento del siniestro solo estaba ocupada la primera de las tres plantas.
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Un vecino de toda la vida y con problemas de movilidad
Alfredo R. B. tiene 86 años y vive solo en el piso que ayer sufrió el incendio que le provocó quemaduras muy graves. Se trata de un piso antiguo en el que lleva viviendo «toda la vida». «Se deja ver bastante por el barrio, baja a pasear, a comprar el pan y a la farmacia. Camina un poco mal por la edad, pero hasta ahora era una persona autosuficiente y que se valía por sí mismo», explican en el vecindario, impactado por el suceso y también por la gesta de los ciudadanos que no se lo pensaron dos veces y entraron en la vivienda en llamas para rescatar a una persona a la que no conocían.
«Fue un susto muy grande»
«Fue un susto muy grande, estaba en casa y escuché primero romperse un cristal, pero creí que era en la calle. Al asomarme ya me di cuenta de que había un incendio en casa de Alfredo y que estaba subiendo gente para intentar sacarle... Fue terrible», comentaba Rebeca, la vecina de planta, que al igual que su hermana, que vive en el piso de encima, tenía a sus gatos dentro.
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