La atención en casa crece por el envejecimiento y deja los centros sin médicos por la tarde

La de Gijón es la población más envejecida de Asturias. Por encima, incluso, de Oviedo, donde el padrón adscrito a su Área Sanitaria, la IV, es mayor. En el concejo gijonés, el 25,2% de los 296.201 potenciales pacientes asignados a Gijón, Carreño y Villaviciosa (Área V) supera los 65 años. Sin embargo, en la zona sanitaria con cabecera en Oviedo, la cual vela por la atención de 330.925 personas (34.724 más que en Gijón), el porcentaje de jubilados y pensionistas es del 22%.

El caso es que el envejecimiento y, con ello, el aumento de los pacientes con dolencias crónicas como diabetes, enfermedad obstructiva pulmonar (EPOC) o trastornos cardio y cerebrovasculares, está cambiando la demanda asistencial en la ciudad. En Gijón, las urgencias y las atenciones médicas a domicilio se han disparado. Cada vez son más los enfermos que contactan con su centro de salud de Primaria para que personal médico o de enfermería acuda a su casa. En el último lustro, este tipo de consultas creció un 25%.

Según datos recogidos en la memoria del Servicio de Salud del Principado (Sespa), en 2016 los llamados Puntos de Atención Continuada (PAC) que engloban a los centros de salud que atienden de 15 a 20 horas y de 20 a 8 horas registraron casi 180.000 consultas. Es decir, que la red de urgencias de Primaria de Gijón, Carreño y Villaviciosa (donde hay trece PAC) atendió bastantes más enfermos urgentes que el Hospital de Cabueñes, que ese mismo año vio pasar por sus boxes 101.000 pacientes. Además, de esas 180.000 consultas registradas en el tramo vespertino y nocturno de Primaria, el 7%, 11.500 casos, fueron atenciones a domicilio. Otras 5.200 acabaron siendo derivados al hospital.

El envejecimiento y el aumento de la atención a domicilio, así como el tipo de trastorno que presentan los enfermos (un 19% de las atenciones fueron casos agudos y otro 20%, patologías crónicas) está generando un efecto colateral poco deseado. Y es que por la tarde, y a veces de noche, muchos centros de salud donde solo hay un equipo se quedan varias horas sin profesionales sanitarios cuando el personal médico y de enfermería debe ausentarse para hacer domicilios.

Esto es lo que ocurrió hace un par de semanas en El Parque-Somió, cuando varios enfermos se quedaron solos en la sala de espera junto al guarda de seguridad, porque el facultativo y la enfermera tuvieron que enlazar varias atenciones domiciliarias, una de ellas, grave. Algunos pacientes optaron por marchar a Cabueñes, relató un afectado. «Un día ocurrirá una desgracia», se lamentaba un cargo de la Federación de Vecinos de la zona Urbana (FAV), entidad que se opuso a la reorganización planteada por gerencia del Área V para optimizar la atención e intentar evitar este tipo de situaciones.

La propuesta, que fue retirada de la mesa «aunque no enterrada», pasaba por concentrar la atención vespertina y nocturna en cuatro dispositivos que ya hacen este trabajo en fines de semana: El Llano, La Calzada, Puerto de la Villa y El Parque Somió, a los cuales se dotaría de más recursos (en éste último se iba a poner un segundo equipo de noche). En la federación vecinal el rechazo no es unánime. Aunque fue la negativa la postura que ganó el pulso, hay miembros que abogan por una solución intermedia, que pasa por cerrar cinco en lugar de siete centros por la tarde, manteniendo la atención vespertina en Roces-Montevil y Perchera.

El problema con el que se encuentran los gestores sanitarios no solo es el cambio de paradigma en la atención sanitaria, sino también la escasez de médicos para reforzar las plantillas, un problema que ya no solo se produce en verano para planificar las sustituciones por vacaciones sino que es una constante todo el año. Las sociedades científicas vinculadas a la Atención Primaria (tanto de médicos como de enfermería) ya han puesto nombre a este fenómeno, lo llaman 'el síndrome del centro vacío'. Así aparece reflejado en la reciente 'Estrategia para un nuevo enfoque de la Atención Primaria', un documento elaborado entre la Consejería de Sanidad, el Sespa y los profesionales de los centros de salud.

En este acuerdo se propone, precisamente, avanzar en la reestructuración del actual modelo de atención urgente en la red de Primaria, huyendo del «hospitalocentrismo», y promoviendo una mayor implicación laboral y contractual del personal eventual.