Cabueñes llora la pérdida de Ramón Fernández, un pediatra «muy querido»

La noticia corrió ayer como un río de pólvora por el Hospital de Cabueñes. El Año Nuevo había traído la peor de las noticias: el repentino fallecimiento de Ramón Fernández Álvarez, una de las más queridas y apreciadas caras de las urgencias pediátricas del centro sanitario gijonés. «Un gran profesional y tutor. Participó en muchos proyectos de calidad y formación. Era muy querido por todos en el Hospital de Cabueñes», explicó a EL COMERCIO el gerente del Área Sanitaria V, Manuel Bayona.

Un fulminante infarto de miocardio terminó con Ramón Fernández, a los 62 años, en Oviedo, donde residía y era seguidor del equipo de la capital, aunque era natural de Ponferrada. Nada más saber lo sucedido, sus compañeros dejaron numerosas muestras de su «inmensa pena» por haber perdido a «una gran persona y un gran compañero». Además, la formación había sido una de sus pasiones y fue un gran apoyo en el desarrollo profesional de muchos facultativos dedicados a la pediatría. «Así de injusta es la vida a veces, se lleva sin avisar a los que aún no les tocaba irse ni de lejos, dejándonos huérfanos y desolados a los que lo queríamos», señaló Nuria Fernández, jefa de Pediatría, quien añadió que «los niños de Gijón tendrá un ángel menos para velar por ellos». Otro compañeros les dedicaron palabras como «Él era un ángel y desde el cielo seguirá velando por todos los niños» y «deja una huella imborrable en todos los que tuvimos la suerte de conocerlo y tratarlo».

Cientos de residentes, de médicos de familia y de pediatras que durante los últimos 20 años trabajaron con Ramón Fernández no daban crédito, en las últimas horas, a lo sucedido y le describían como una persona cariñosa, alegre, divertida y, sobre todo, muy implicada en su trabajo atendiendo a innumerables niños en las urgencias pediátricas.

La propia esposa del querido pediatra quiso agradecer todo el cariño recibido y expresó en las redes sociales que, «como mujer y compañera en gran parte de su vida, os agradezco todos estos mensajes que me darán fuerza para poder llevar su ausencia y me llegan de orgullo por ser la mujer de alguien a quien se le recuerda con tanto cariño. Gracias, gracias y mil gracias. ¡Va a ser muy duro caminar sin él!».

También fueron numerosos los ciudadanos que mostraron su pesar por el fallecimiento de Ramón Fernández, especialmente aquellos a cuyos hijos atendió este reconocido pediatra. Incluso durante su periodo de estancia en Luarca, donde también dejó un gran recuerdo.

Fernández Álvarez deja viuda, Belén; dos hijas, Carmen y María; sus padres, Ramón e Isabel, y una hermana, Ana Isabel. La capilla ardiente quedó instalada, hasta las once y media de esta mañana, en el tanatorio Los Arenales, en Oviedo, donde su cuerpo será incinerado en la intimidad familiar.