La costera del bocarte bate todos los récords en la lonja de El Musel

De Santander, de Foz, de Portosín, de A Coruña, de Getaria, de Portonovo, de Hondarribia, de Laredo, de Ondarroa... Más de ochenta barcos pesqueros de toda la costa cantábrica, de Galicia al País Vasco, llenaron ayer los muelles del Rendiello de una actividad frenética desde las ocho de la mañana a las nueve de la noche, hora de la última subasta. El Musel se convirtió en epicentro de la campaña, durante la jornada de más trabajo de una costera «impresionante» desde su inicio para la rula gijonesa.

El incesante ritmo de trabajo apenas permitió pararse a echar cálculos, pero era más que evidente ya a las siete de la tarde que iba a ser el día en que se superaran los 3,9 millones de kilos de bocarte que batieron récord la pasada campaña. «Hoy batimos el récord, y con creces», anticipaba la gerente de la lonja, Isabel Pacios, quien durante todo el día no dejó de recibir llamadas de barcos pidiendo entrar en el puerto.

A pie de muelle, los marineros se afanaban en descargar cajas y cajas de cardúmenes para llevarlas al interior y pesarlas antes de las subastas, que atrajeron a la cancha de LonjaGijón a compradores de Galicia, Cantabria, País Vasco e incluso de Valencia y Zaragoza. «El bocarte está en un punto estratégico, a unas dos horas de aquí. Todos hemos cogido mucho y de buen tamaño», aseguraba Mikel Lazkanotegi, patrón del 'Itsasoan' de Hondarribia, que vendió en la rula gijonesa unos 9.000 kilos, es decir, casi todo su cupo diario, a 4,6 euros el kilo y un tamaño de unas 29 piezas por kilo, grano en el argot. «Si seguimos como hoy, la campaña durará una semana más», apuntaba. Los barcos llegaban, descargaban, pesaban, vendían y cargaban hielo para salir cuanto antes a seguir faenando y dejar paso a más embarcaciones. «Hay mucho barco, pero van muy rápido», confirmaba Carlos Valle, motorista del 'Creador', de Santander.

Los primeros ejemplares de la jornada, casi recién pescados, se vendieron a un precio más alto principalmente para consumo fresco, mientras que conforme avanzaba el día y dada la amplísima oferta bajaba un poco el precio en primera venta, siendo este pescado fundamentalmente para las empresas conserveras.

«Han entrado muchos barcos con pescado de muy buena calidad, tenía que ser así en toda la costera», certificaba el cántabro David Revuelta, de Conserveras Revuelta. Tanto es así que compró dos camiones cargados con unas 3.200 cajas de unos 8,5 kilos de peso, es decir, unos 27.200 kilos de bocarte en total.