«¿Crees que se llegará a saber quién lo hizo?», preguntó a una amiga la madre del bebé de Nuevo Roces

Apenas unas semanas después de, presuntamente, haber asesinado a cuchilladas a su hijo recién nacido y tirar el cuerpo a un contenedor de basura, Silvia A. M. se fue de vacaciones junto a su pareja. Durante ese viaje, a una ciudad turística del levante español, la asesina confesa del bebé estuvo muy pendiente del desarrollo de la investigación iniciada por la Policía Nacional.

Así lo prueban los mensajes de Whatsapp a los que tuvieron acceso los investigadores y en los que se refleja la preocupación de la joven ante la posibilidad de ser descubierta. «¿Tú crees que se llegará a saber quién lo hizo?», le escribió esa semana a una de sus mejores amigas, a quien pidió que le mandase cualquier noticia publicada que tuviera relación con el crimen. Esta preocupación, disimulada como aparente curiosidad, coincide con el testimonio de algunos de los vecinos del edificio en el que residía la pareja, quienes aseguran que tanto Silvia A.M. como el padre del bebé estuvieron presentes en conversaciones sobre el crimen sin que se notara en ellos ningún comportamiento extraño o una reticencia a tratar sobre ello.

De hecho, fuentes cercanas a la investigación describen a la presunta asesina como una persona fría e inexpresiva. Prueba de ello es que Silvia A.M. se habría mantenido impasible durante sus declaraciones ante la jueza, incluso después de que le fueran mostradas las fotos del cuerpo ensangrentado de su hijo tras ser descubierto. Lejos de romperse, la joven, conocedora de la pena que puede enfrentar, se habría mostrado tranquila.