Duchas y aseos suspenden en los arenales de Gijón

En Poniente los problemas se multiplican. En primer lugar, hay muy pocos aseos disponibles para la gran afluencia que registra en los días de verano, sobre todo ahora que el tiempo se ha estabilizado. Aunque en la parte este del arenal, junto al Talasoponiente se han instalado unos servicios -adaptados para personas con movilidad reducida-, el resto del paseo solo cuenta con un único aseo público. «Además de que solo hay un baño, tarda en higienizarse tras cada uso y no logra cubrir toda la demanda», relata Carmen Fernández, vecina de Gijón y habitual visitante de este arenal.

Otra de las razones del descontento de los usuarios de Poniente es que este verano no se ha instalado la pasarela de madera que se colocaba cada año sobre la arena. Esta construcción conectaba el principio del arenal con la orilla del mar, de ese modo facilitaba el acceso a la playa a las personas con movilidad reducida. Asimismo, ayudaba a evitar que aquellos que querían moverse por la arena se quemasen los pies. «La pasarela que ponían aquí era muy útil, deberían seguir haciéndolo. Tienen que preocuparse de cuidar a la gente», señala Julio César Vázquez, vecino de Gijón, quien considera que, además de la pasarela, el principal problema de este arenal es la escasez de duchas en funcionamiento.

Tanto es así que la zona oeste de la playa -a partir de la escalera ocho- sorprende a los usuarios con la totalidad de las duchas averiadas. «A estas duchas no les llega ni el agua. Si vienes aquí a bañarte luego tienes que ir hasta el quinto pino para poder darte una ducha», relata Adela Fernández, habitual visitante de esta playa y que siempre elige la zona oeste para darse un chapuzón.

Los ciudadanos no entienden el porqué de esta situación: «Si las duchas están instaladas no cuesta nada arreglarlas». Y señalan que si quieren seguir manteniendo los altos niveles de turismo alcanzados este verano «deberían preocuparse de mantener estas zonas en buen estado».

La playa del Arbeyal, menos frecuentada por turistas, resulta mucho más acogedora para aquellos usuarios que la frecuentan habitualmente. A pesar de ello, estos critican que a lo largo de sus 400 metros solo cuentan con dos casetas de aseos a su disposición. Además, explican que dichas casetas únicamente se encuentran abiertas cuando están los de salvamento, ya que son los que disponen de la llave. «Solo hay dos baños y no abren todo el día. Tenemos que esperar a que lleguen los de salvamento para que abran y cuando se van, los cierran», denuncia Juan Luis Ramírez.

A diferencia de los otros dos arenales, El Arbeyal sí que dispone de un servicio de duchas que no presenta, de momento, ningún problema. «Están bien y hay suficientes. Lo que tiene que hacer la gente es cuidar las cosas y mantenerlas en buen estado», defiende Cesáreo Rodríguez, habitual del lugar.