Gijón pide al Principado que retenga para la ciudad la 'Fortuna balnearia'
La Consejería de Cultura, con derecho de tanteo sobre la pieza, asegura que el propietario incumplió el deber de comunicar la salida del ara de la región
M. MORO
GIJÓN.
Sábado, 25 de enero 2020, 01:09
El equipo de gobierno gijonés movió ayer ficha tras conocer que la 'Fortuna balnearia', altar romano del siglo I hallado en Pumarín hace 200 años, se pondrá a la venta el 5 de febrero en una casa de subastas madrileña. Ante el temor a que la valiosa pieza arqueológica acabe siendo adquirida por algún coleccionista privado, el Ayuntamiento ya ha solicitado al Principado que intervenga y actué en función de sus competencias para que Gijón no pierda un vestigio tan importante de su pasado romano. Un vestigio que está conectado con unas antiguas termas construidas donde se encuentra actualmente la fuente de La Mortera, al lado del poblado de Santa Bárbara.
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Fuentes municipales explicaron que el Consistorio no puede ejercer directamente el derecho de tanteo y retracto para retener el ara, pues esta atribución solo la tienen como administraciones públicas el Principado y el Estado. Este último, a través del Ministerio de Cultura. El precio de salida del ara romana, en el catálogo de artes decorativas de la casa Segre, se sitúa en 90.000 euros.
El derecho de tanteo lo tienen todas las administraciones públicas sobre cualquier bien cultural que salga a subasta pública o cualquier otro bien perteneciente al Patrimonio Histórico Artístico. En esencia, consiste en que en una subasta la administración puede hacerse con cualquier bien que quisiera comprar al precio de adjudicación y sin que el dueño, el adjudicatario ni la casa de subastas puedan hacer nada para evitarlo. Se entiende que el interés cultural común está por encima del derecho del adjudicatario a adquirirlo.
El derecho a retracto se da cuando la administración no ha sido notificada de la subasta y quiere adquirir un bien que salió en dicha puja. Tiene un plazo de seis meses para poder ejercitar ese derecho y lo que se hace es arrebatar la adquisición al adjudicatario una vez que éste tiene el bien en su casa o que está tramitada la solicitud de exportación. Además del precio de adjudicación, se cargan comisiones. En ambos casos la administración pujadora se guarda el derecho a pagar en plazos y con flexibilidad.
El concejal de Educación y Cultura, Alberto Ferrao, se refirió ayer al ara romana que va a ser subastada como «una pieza de importantísimo valor histórico y simbólico para esta ciudad». Durante un acto en el Antiguo Instituto, aseguró que el equipo de gobierno está recabando toda la información para saber «rápidamente» los caminos que caben para evitar que Gijón se quede sin esta joya de su romanización. «No se descarta ninguna opción», afirmó tajante.
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Reproches
La Consejería de Cultura aseguró ayer que el propietario de la pieza, el exedil del PP Manuel del Castillo, actuó de forma irregular y de espaldas a la administración autonómica al trasladar el ara a la casa de subastas sin notificarlo. Esto es, incumpliendo la Ley de Patrimonio de Asturias. Dicha ley obliga a los propietarios de bienes declarados como de interés cultural incluidos en el inventario de patrimonio, como es el caso de esta pieza, a comunicar cualquier traslado fuera de Asturias con, al menos, un mes de antelación.
En caso de intención de venta, ésta también debe ser comunicada con antelación suficiente, dando a conocer el precio final, ya que el Principado tiene derecho a quedársela por ese mismo importe. El departamento que dirige Berta Piñán advierte de que la consejería «será estricta y rigurosa» con el cumplimiento de esta ley, que «es muy clara respecto a cómo se debe proceder en estos casos». Y así se lo noticará a Del Castillo y a la casa Segre.
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En algún momento del siglo I después de Cristo, Tito Pompeio Peregriniano labró la siguiente inscripción en latín en el altar romano: «A la Fortuna balnearia T. Pompeio Peregriniano a favor de al salud suya y de los suyos dedico». Sus tres nombres indican que se trataba de una persona considerada ciudadana romana. El pedestal de arenisca dedicado a la diosa Fortuna (96 centímetros de alto por 37 de ancho) estuvo diecinueve siglos bajo tierra hasta que fue descubierta, según las crónicas de la época, a principios de 1820 al lado del poblado de Santa Bárbara, junto al inicio de la vía verde de la Camocha y el campo de fútbol de La Braña.
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