La gijonesa Sandra Crespo, de GH 6: «No puedo más»

«No puedo más. No hablo por dinero, y mira que me hace falta, hablo por mis hijos y porque creo que esta sentencia no ampara a las víctimas». Sandra Crespo, gijonesa radicada en Benidorm, conocida tras su paso por Gran Hermano, en su sexta edición, y su posterior vinculación al mundo de la televisión y el cine, asegura estar «viviendo un infierno de violencia de género». Uno que la ha llevado al juzgado en más de veinte ocasiones contra su ex, Jesús González, también conocido en los platós de televisión por haber sido, en su día, chófer de la tonadillera Isabel Pantoja y contado en los diferentes programas intimidades de la popular familia.

Ambos comenzaron su relación en 2007 y fruto de la cual son tres hijos de 12, 8 y 5 años.

La pareja rompió en 2019, tras denunciarle ella por violencia machista. Logró en ese momento, mayo de 2019, una orden de protección y alejamiento, que concluyó en noviembre de ese mismo año. «Después de eso, todo fue a peor. Nos dejó en casa sin luz, ni agua, al final tuvimos que marcharnos».

Mientras espera sentencia por otras denuncias presentadas, acaba de recibir la gijonesa un mazazo judicial en forma de fallo absolutorio para su ex. Le había acusado ella de amenazas e injurias, realizadas ante la hija mayor de ambos, que hoy tiene 12 años. «Todo ocurrió en 2019, pero se ha retrasado mucho el proceso debido a la pandemia de la covid que lo paralizó todo el año pasado».

Según los hechos probados, su exmarido llevaba a sus tres hijos en un vehículo que conducía, pese a tener anulado el permiso de conducir. Tras ser detenido en un control de la Policía Local, Jesús González comenzó una gran discusión, primero con los agentes y luego con la niña, que fue grabada por el móvil de la menor.

En la sentencia, el juez da por probado que el padre le dice a la menor, que en ese momento tenía diez años, «No tienes vergüenza. Me pareces tan absurda, tan patética, qué asco. Mira lo que has hecho a tu padre. Qué horror de niña. Qué asco. No te preocupes, que ya se lo quitaré a tu madre del pienso y de todo». Frases que pronuncia al entender que la Policía Local le paró tras advertir la niña a la madre de que su padre conducía sin tener permiso para ello.

En la grabación, también se escucha al exchófer de la Pantoja amenazar a su hija «ya lo pagarás» y su exmujer «mira cómo tienen a la niña los puercos esos. La voy a matar un día».

Sin embargo, entiende el magistrado que esas frases «no tienen trascencia penal» al entender que se trata, simplemente, de una discusión entre el padre y la hija.

«Es un escándalo», asegura Sandra Crespo, clonando la frase que pronuncia su abogado, Francisco González. «Me ha dicho que vamos a recurrir porque entiende que si está probado que dijo eso, tiene que tener un castigo».

En la denuncia, se presentaron también frases escritas por su exmarido en las redes sociales. El juez considera probado que Jesús González escribió «Empieza la guerra. Cuando pase todo, viviréis el mayor infiero de vuestras basuras vidas». «La primera, sin coche. La segunda, sin dinero. La tercera, ni te hicieron caso. La cuarta, sin casa. La quinta, a currar, tu condena eres tú». Sin embargo, no considera probado el magistrado que esos mensajes fueran lanzados con intención de lesionar la estabilidad emocional de la que fuera su pareja y madre de sus hijos.

La gijonesa, que tiene la custodia de sus hijos, lamenta no tener ahora «ninguna orden de protección» y teme por su seguridad «y la de mi familia». Su hija mayor ya no mantiene relación con el padre, pero sus hijos pequeños pasan con él un fin de semana cada mes. «En contra de lo que él cree, en mi casa nunca, nunca se ha hablado a los críos mal del padre. La nena mayor, al crecer, fue la que decidió que no le gustaba lo que veía y por eso ya no va. A los pequeños les protegemos para que sean felices».

Asegura Sandra Crespo que su único objetivo es «lograr justicia para mí y para mis hijos» y recomienda a todas las mujeres que estén en situación similar a la suya «que denuncien. Yo me arrepiento mucho de haber callado muchas cosas. Ahora, ya no callo nada».