«Nos hiciste a todos muy felices David, no te olvidaremos nunca»

«Es imposible buscar una palabra de consuelo, no te olvidaremos nunca David». La hermana del joven futbolista fallecido el viernes en un accidente laboral en Llanera apenas pudo contener las lágrimas al pronunciar unas palabras en el acto de despedida que se celebró en el tanatorio de Cabueñes y al que acudieron decenas de personas. Tantas, que muchas de ellas no pudieron llegar a entrar en el salón en el que se vivieron momentos de gran emoción.

El féretro de David Busta Carrandi lucía una camiseta del Unión Deportiva Llanera (el equipo en el que militaba en la actualidad) y otra del Colunga, donde jugó durante siete temporadas. «Era un chaval magnífico, buen amigo, buen compañero, buen hijo, buen novio, muy trabajador... Es una pena tremenda», acertaba a decir uno de sus antiguos compañeros. No solo con quienes compartió camiseta quisieron rendirle un último adiós. También sus rivales en campo, que pasaron a ser sus amigos fuera de él. «No acabamos de creer que ya no vamos a volver a verle, siempre con esa sonrisa y con una buena palabra en la boca», decían. «Se puede llorar por la pérdida o sonreír por haber podido compartir este tiempo con él», dijo el trabajador del tanatorio encargado de conducir el acto de despedida.

La tragedia se cruzó en la vida de David la tarde del viernes, cuando se disponía a revisar una máquina en el centro logístico de Llanera en el que había comenzado a trabajar tan solo cuatro días antes. Pese a que era nuevo en la empresa, contaba con una experiencia de años como operario de mantenimiento tras acabar sus estudios de Electricidad en el centro San Eutiquio.

Por causas que aún están siendo investigadas, al joven futbolista le cayó encima un palé de leche de una tonelada de peso. El impacto fue brutal y la muerte se produjo en el acto. Los sanitarios que acudieron de urgencia al lugar únicamente pudieron confirmar el fallecimiento del chico.

La noticia de su muerte sobrevino como un jarro de agua fría entre las muchas personas que lo querían. Sus antiguos compañeros del colegio San Miguel, del San Eutiquio, de los equipos del Roces y el Arenal, el Colunga, sus compañeros de trabajo y, por supuesto, su pareja, sus padres, su hermana, abuelos, tiós y demás familia. «Nos hiciste muy felices David...», resumía su hermana Demelsa. Nadie pudo contener la emoción cuando sus padres se levantaron al final del acto para tocar el féretro a modo de despedida.