El hotel de cinco estrellas de Gijón tendrá 120 habitaciones y una inversión de 20 millones

Esto se traduce en sendas modificaciones «puntuales» del Plan General de Ordenación y del Plan Especial de Reforma Interior (PERI) de Cimavilla, así como del catálogo urbanístico, una vez que el propietario -que en su momento compró el edificio a la Autoridad Portuaria por tres millones de euros- ha obtenido el visto bueno del Consejo del Patrimonio Cultural del Principado para rebajar su protección de «ambiental» -que obligaría a conservar la fachada- a «documental ambiental» -con la que se permite su derribo completo, pero conservando archivos planimétricos, fotográficos e información histórica sobre la construcción-.

«El propietario ya ha registrado una solicitud para hacer esas modificaciones y vamos a tramitarlas porque es un proyecto que estaba paralizado y que con el que queremos que se avance de manera decidida», indicó Martínez Salvador. Para acortar tiempos, estas tramitaciones se harán en paralelo. Y el concejal de Urbanismo confía en que puedan completarse «en un año y medio o dos». Después llegaría el turno del promotor -Apartamentos Miramar Sociedad Limitada, del empresario Fermín Mora-, que podría urbanizar la parcela y levantar el edificio, según el edil, «en 15 o 20 meses».

El futuro hotel «ofrece arquitectónicamente una clara mejora con respecto a lo que hay ahora» y, al mantener prácticamente la misma altura, no supondrá ninguna pérdida de visión para los inmuebles que están detrás». De hecho el proyecto plantea mejoras en el horizonte visual desde la zona de la Cuesta del Cholo, pues la intención es que el edificio ocupe parte de la parcela sobre la que hoy se levanta el edificio de Sanidad Exterior, aún propiedad de la Autoridad Portuaria pero que el empresario prevé adquirir y demoler. Otra construcción en el punto de mira del promotor es la torre del edificio de control -donde están Cruz Roja y la corporación de prácticos-, que pertenece a la Demarcación de Costas, con la que ya ha iniciado negociaciones. Esta pieza mantendría su volumen actual, aunque se reformaría por dentro para ofrecer servicios de «apartahotel» y se repintaría para mostrar homogeneidad cromática con el edificio principal.

Con una inversión privada de «20 o 21 millones de euros» el gobierno municipal confía en que, tras décadas de proyectos fallidos, Gijón cuente por fin este mandato con su primer alojamiento hotelero de máxima categoría, con una oferta de 120 habitaciones que supera con holgura el mínimo de cien que se exige para este tipo de establecimientos. Bajo rasante contará con un aparcamiento con capacidad para 95 vehículos y sus 6.965 metros cuadrados construidos también incluirán un servicio de restauración.

Martínez Salvador destacó el hecho de que en lugar de por un diseño vanguardista se vaya a optar por otro «más clásico, que queda perfectamente encuadrado en esa línea del puerto deportivo». Y sobre la creciente preocupación de Cimavilla con respecto a la turistificación del barrio, pidió distinguir un equipamiento de estas características de la proliferación de vivienda de uso turístico. «Que haya un hotel de referencia como este será compatible con una vida normal en el barrio», aseguró.