El padre Chus seguirá en prisión provisional
La jueza Ana López Pandiella ha ratificado el auto del juzgado que ordenó el sábado el ingreso del exsacerdote en la cárcel | Continúan las diligencias, reservadas y bajo secreto de sumario
El padre Chus compareció de nuevo esta mañana por videollamada en el Juzgado, junto a su abogado, Javier Díaz Dapena, que pidió su puesta en libertad. Tras la comparecencia, la magistrada titular del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 4 de Gijón, Ana López Pandiella, dictó un auto por el que ratifica la prisión provisional del exsacerdote detenido el pasado jueves en su piso de Donato Argüelles.
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El Juzgado número 4 seguirá instruyendo las diligencias abiertas, que por el momento son reservadas y bajo secreto de sumario.
La primera de las acusaciones que llegaron a este juzgado lo hizo en 2012, cuando la progenitora de un menor ecuatoriano, residente en El Llano y que entonces tenía 16 años presentó una denuncia por presunto abuso sexual. La jueza no encontró pruebas concluyentes que respaldasen lo expuesto en la denuncia y puso fin al procedimiento. «La jueza archivó la causa porque era evidente que era todo mentira, que la madre estaba muy mal asesorada y solo perseguían hacerme daño», dijo al respecto el padre Chus hace años.
En marzo de 2015 una vecina de La Calzada, cuyo hijo menor de edad frecuentaba el piso de la calle Manuel Llaneza donde por entonces el padre Chus acogía a jóvenes con problemas, presentó en la Comisaría de la Policía Nacional una denuncia por hechos similares. Relató que su hijo había sido víctima «en varias ocasiones» de comportamientos impúdicos que, según su versión, serían constitutivos de delito. El excura defendía así su inocencia: «Por supuesto que no tengo nada que ver en lo que denuncia esa mujer, que confunde la caridad con algún interés más allá de ayudar. Ese chico venía a casa a diario para atecharse porque tenía un entorno familiar muy difícil y porque estaba falto de cariño, pero jamás ocurrió nada raro».
Sin imputar hasta ahora
Finalmente, la sección octava de la Audiencia Provincial archivó en 2016 aquellas denuncias, por las que no se llegó a imputar al excura. En el auto, los magistrados señalaban que de las declaraciones de los adolescentes no se podía deducir que «solicitara mantener relaciones sexuales con menores a cambio de remuneración, circunstancia que solo algunos refieren en virtud de lo que han oído a otras personas». El exsacerdote admitió que «a su domicilio acudían personas con problemas, menores y mayores de edad, a quienes también ha dado pequeñas cantidades de dinero (cinco euros) y que hablaba con ellas». Pero «negó tajantemente haber mantenido relaciones sexuales con menores o haber invitado a droga a ninguna persona». Se dio carpetazo a aquellas denuncias, por las que no se le llegó a imputar.
Sin embargo, nuevas denuncias han propiciado ahora una investigación policial que lleva meses en marcha y en el marco de la cual se han recabado escuchas telefónicas que motivaron la detención, el pasado jueves, del excura, que está acusado de corrupción de menores y un delito contra la salud pública. La jueza de guardia estimó el sábado que, tal y como consideró el fiscal, existe riesgo de fuga, de reiteración delictiva y de destrucción de pruebas. Es por ello que decretó el ingreso del acusado en prisión provisional sin fianza. Por el momento, se encuentra en la enfermería. Al ser un preso de nuevo ingreso deberá guardar diez días de cuarentena por la covid y no ha podido recibir visitas. Su defensa solicitará que sea ingresado en la UTE.
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