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Maniobras con fuegos artificiales de los AeroSparx sobre la playa. FOTOS: J. M. Pardo

Pirotecnia y acrobacias en la noche de Gijón

Espectáculo. El Eurofighter abrió un festival nocturno que abarrotó la playa de San Lorenzo como aperitivo a los vuelos de hoy

Domingo, 30 de julio 2023, 01:43

Cuando aún era de día, sobrevolaron sobre Gijón los primeros aviones de combate. Siendo estrictos, llevan dos días atronando la ciudad durante sus ensayos, pero no fue hasta pasadas las 21 horas cuando ya lo hicieron de manera oficial sobre una nutrida afluencia de gijoneses -y turistas- a lo largo de toda la playa de San Lorenzo.

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El famoso Eurofighter del Ejército del Aire fue el encargado de abrir el segundo 'Sunset Airshow' -en castellano el festival aéreo del atardecer-, antesala del plato fuerte de este mediodía, la XVI edición del Festival Aéreo de Gijón. La incorporación de este avión caza fue una de las más aplaudidas novedades de este evento, en el que como novedad participan los tres ejércitos. Fue uno de los que causó mayor sensación entre el público, agolpado desde el Elogio hasta el Rinconín escuchando su atronador vuelo. El locutor, repetidor, Antonio Hinojosa, ensalzó las maniobras «compactas» y su «armonía, conectadas unas con otras».

Si ya se está convirtiendo en tradicional el espectáculo nocturno -que solo lleva dos ediciones- y el diurno, que suma 17, también lo es la narración, que describe las piruetas, y las capacidades técnicas de todos estos aviones. Ya desde minutos antes, tranquilizando a los espectadores, asegurando que el show estaba garantizado al tener luz verde del Aeropuerto de Asturias para despegar; y así hasta que llegó el primero de los aviones, casi silencioso, solo asustando a los pájaros que se amontonaban en la bahía y que huyeron asustados.

«Qué difícil es parar y hacer que no corra», decía el locutor cuando el Eurofighter disminuía su velocidad. Piensen que en muchos casos, los aviones que se pueden ver en Gijón estos días coincidiendo con el festival aéreo están diseñados para ir a más velocidad que el sonido y ahí, precisamente, es donde el Eurofighter tiene pocos competidores.

La Armada participó con un helicóptero Augusta Bell AB-212, de la Tercera Escuadrilla de Aeronaves, muy conocido por ser protagonista en la película 'Apocalypse Now'. Le siguió una aeronave del Ejército de Tierra, el NH90 'Sarrio', que debutó en este certamen. Según se dijo por megafonía, será la última vez que lo hará porque será renovada el año que viene. Para su hoja de servicios quedarán misiones humanitarias como la presencia en la guerra en Kosovo.

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Pero las emociones fuertes llegaron tras una pausa, para coger fuerzas, ánimo guerrero y, esencialmente para que anocheciera. Porque eso era lo que tocaba ayer, el espectáculo nocturno. Ciertamente, y a diferencia de la edición de 2022, fue menos notoria la puesta de sol por las nubes.

Y tras el ruido, la velocidad y la pericia de los aviones de guerra, llegó el turno de las piruetas y la luz con la salida del equipo británico AeroSparx. Conscientes de ser la estrella de la noche -ahora sí, de la noche porque ya pasaban de las 22.30 horas- sobre el cielo gijonés, no defraudaron a los asistentes.

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Recién llegados de Dubai, son la única patrulla del mundo que une acrobacias, formación y pirotecnia en vuelo nocturno. Cumplieron con creces lo que se esperaba de ellos y amenizaron la noche de la ciudad sobre la bahía realizando giros en los que perdían altura a gran velocidad al mismo tiempo que lanzaban fuegos artificiales sobre el Cantábrico, reflejándose sobre el mar. Las maniobras se hicieron cortas, pues los quince minutos que marca el guion se quedaron en apenas ocho, con dos repeticiones de la canción que se eligió de fondo: 'Fireworks', de Katy Perry -por aquello de remarcar lo evidente, un tema que habla de los fuegos artificiales-. Pero aunque alguno hubiera deseado que esta parte se hubiera prolongado aún más, lo cierto es que el espectáculo ya había enamorado con su eje central consistente en la realización de varios vuelos circulares -conocidos como 'loopings'- ya dejando estelas de luz tras de sí en las acrobacias.

Las ovaciones de los numerosos asistentes que se escuchaban en el paseo, en la arena, en cualquier rincón posible, dejaron claro que la jornada fue un éxito. El espectáculo entretuvo, sorprendió e hizo pasar un gran rato, desafiando unas previsiones meteorológicas que amenazaban con lluvia y que obligaron a los más precavidos a llevar consigo un paraguas. No es para menos. Los había incluso que estuvieron dos horas esperando para coger un buen sitio. Cualquier año este evento batirá las marcas del tiempo de espera para ver los Fuegos.

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