Andrés Roca Rey: «Salir a hombros de Gijón no solo fue mi triunfo, sino el de la libertad»
«La conexión con la afición fue increíble», recuerda de su éxito en la pasada Feria de Begoña. Un triunfo que quiere renovar el 18 de agosto
Dice Roca Rey (Lima, 1996) que será «un honor estar en Gijón y sentir el cariño de su afición», a quienes el domingo 18 de ... agosto, último de la tan esperada Feria de Begoña en la que comparte cartel con Enrique Ponce y Ginés Marín, confía en brindar «una gran tarde de toreo» que le permita «compartir momentos únicos» con el respetable asturiano. Así será si la suerte y los toros de Núñez del Cuvillo lo permiten.
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–Llega lanzado a Gijón, con éxitos en Santander y el Puerto y en lo más alto del escalafón. Mañana (por hoy) torea en Palma y le quedan por delante Pontevedra, Huesca, Béziers, Dax y San Sebastián. ¿Cómo se prepara un torero físicamente y psicológicamente para afrontar una temporada tan cargada de festejos?
–Es una temporada exigente e intensa, sí. Es lo que quería para esta temporada y me mentalicé mucho durante el invierno para poder afrontarla con la determinación con la que están saliendo las cosas. Yo particularmente necesito sentirme bien físicamente para poder estar bien mentalmente, por lo que la preparación va bastante unida.
–¿Qué hace para relajarse? ¿Música, deporte, lectura...?
–Me gusta mucho desconectar escuchando música, de hecho escucho música a todas las horas del día. Especialmente rancheras y flamenco, y me gusta también la música criolla de mi país, que me ayuda a relajarme y conectar con mis raíces. También disfruto del golf, es una forma excelente de estar al aire libre y competir conmigo mismo en un entorno tranquilo. El golf me relaja mucho.
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–El año pasado ha quedado para la historia, con la ya llamada 'Feria del regreso' y con usted saliendo a hombros por la puerta grande. ¿Qué recuerdos guarda de ese día y qué le supone volver a El Bibio, donde los toros parecen haberse asentado de nuevo tras la prohibición de 2022?
–El año pasado en Gijón fue verdaderamente único. Salir en hombros después de lo que ocurrió en Gijón con la prohibición fue algo muy especial. Sentí una emoción distinta. No solo fue mi triunfo sino el de la libertad. La conexión con la afición fue increíble y es un recuerdo que guardo con cariño.
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–También en Colombia el Congreso ha prohibido la tauromaquia. ¿Cómo ve el futuro de la Fiesta? Cada vez son menos los países donde está permitida, aunque en ellos la tradición está muy asentada.
–La prohibición en Colombia es un golpe duro para la tauromaquia, pero sigo siendo optimista sobre el futuro de la Fiesta. Las prohibiciones vienen por temas políticos, y los políticos van y vienen. Es difícil que algo tan arraigado a la tierra, a la cultura de los pueblos, pueda desaparecer. Es una tradición con profundas raíces y, aunque enfrenta desafíos, tiene una afición apasionada que la mantiene viva. En mi país, en Perú, se dan corridas en todos los rincones. Es algo increíble. Creo que es fundamental seguir educando y mostrando la riqueza cultural y artística de la tauromaquia. Esa es nuestra verdadera tarea.
–¿Se imagina un Perú sin corridas de toros?
–Me cuesta imaginar un Perú sin corridas de toros. La tauromaquia es una parte integral de nuestra cultura y tradición. La pasión y el amor por este arte son muy fuertes en mi país. Yo al menos haré todo lo que esté en mi mano por fortalecerla. De hecho, ahora que me lo pregunta, lanzo este mensaje a la Beneficencia de Acho. Deseo torear en mi feria gane quien gane el concurso para la celebración de la feria de Lima. Torear en mi plaza me alimenta el alma y siempre deseo volver.
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–¿Qué recuerdos guarda de sus orígenes y del momento en el que decidió dejar su país y venirse a España a triunfar como torero?
–Dejar mi país y venir a España fue una decisión muy difícil, pero también una de las más importantes de mi vida. Recuerdo con cariño mi infancia en Lima y los primeros pasos en la tauromaquia. Decidir venir a España fue un salto de fe, pero sabía que era necesario para alcanzar mis sueños. A veces vuelvo a esos recuerdos, al niño que soñaba en Lima venir a España a triunfar siendo torero, y trato de no defraudarlo. Me sirve como inspiración y motivación para afrontar tardes y compromisos grandes.
–¿En qué ha cambiado aquel joven torero? ¿Qué le ha enseñado el toro en todos estos años?
–Aquel niño ha madurado mucho. El toro me ha enseñado sobre la humildad, el respeto y la importancia de la entrega total. Cada faena es una lección y una oportunidad para crecer. He aprendido a gestionar el miedo, la presión y a valorar cada momento en el ruedo y en la vida. Estos años me han hecho más fuerte, tanto profesional como personalmente.
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–¿Cuál ha sido el peor momento que ha vivido en todo este viaje profesional?
–Los peores momentos suelen estar relacionados con las lesiones y los percances en el ruedo, pero podría decirle que uno de los momentos más duros fue la pandemia. Como para todo el mundo, evidentemente, pero yo me sentí desubicado. Estaba solo, no sabía qué hacer y esa incertidumbre me tuvo tocado.
–¿Y el más feliz de su vida?
– He tenido muchos momentos felices en mi carrera, gracias a Dios, pero uno de los más especiales fue salir a hombros por la puerta grande en Madrid de novillero. Me cambió la vida. Sentir el reconocimiento y el cariño del público en una plaza tan emblemática es algo indescriptible. También valoro mucho los momentos compartidos con mi familia. Ellos son el pilar de mi felicidad.
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–¿Dónde se ve dentro de diez años? ¿Aún frente al toro?
–No lo sé. No me lo planteo. No sé ni donde estaré mañana. Vivo en el día. Carpe Diem.
–¿Cree que hay algún torero al que le gustaría morir en la plaza? Evidentemente, a nadie le gusta tener que morir, pero la muerte siempre está presente en la vida de un matador de toros, y supongo que habrá reflexionado sobre ello.
–La muerte es una realidad constante en la vida de un torero, pero creo que nadie desea realmente morir en la plaza. Lo que sí es cierto es que, cuando te enfrentas a la muerte cada tarde, aprendes a vivir con una intensidad y una conciencia del presente que es única.
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–¿Qué es lo mejor que puede hacer uno con su vida mientras tanto?
– Lo mejor que uno puede hacer con su vida es vivirla con pasión, entrega y autenticidad. Aprovechar cada momento, valorar a las personas que te rodean y seguir tus sueños sin miedo. La vida es corta y debemos vivirla al máximo, haciendo lo que amamos y dejando una huella positiva en el mundo.
–¿Se considera usted mejor torero o mejor persona?
– Es difícil separar al torero de la persona. Creo que ambos aspectos están profundamente conectados. Me esfuerzo cada día por ser el mejor torero y la mejor persona que puedo ser. El toreo me ha enseñado valores importantes como el respeto, la humildad y la perseverancia, y trato de aplicar esos valores en mi vida personal.
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