«Paré en un semáforo y entró con una navaja, me llevó a un descampado y me dejó atada»

«Estoy aterrorizada, fue un susto tremendo, llevo sin dormir dos días...». Florentina C., de 51 años, dice estar aún «con el susto en el cuerpo» después de que, supuestamente, fuese secuestrada a pleno día en La Calzada cuando regresaba en coche de visitar a su padre en el Hospital de Jove.

La mujer fue localizada por la Guardia Civil en un descampado en Ribera de Arriba, a donde, presuntamente, el asaltante la llevó, para dejarla allí atada al volante con una cuerda, tal y como adelantó ayer EL COMERCIO. «Eran sobre las 6 de la tarde y paré el coche en un semáforo de la avenida Príncipe de Asturias, de pronto noté que se abría la puerta del copiloto y entraba un hombre con una navaja en la mano, me la puso en el cuello y me dijo que condujese por donde él me iba a indicar», relata.

Según su versión, la dirigió hasta un solar apartado por la zona Oeste de la ciudad, «el punto exacto no lo sé porque no soy de allí», dice esta vecina de Infiesto. «Me dijo que me cambiase al asiento del copiloto y me tapó los ojos con una tela, él se puso en el volante y empezó a conducir, se me hizo eterno, me iba diciendo 'Si te mueves te clavo la navaja, no hagas tonterías'», explica.

Cuando ya por fin detuvo el vehículo, le volvió a decir que se colocase de nuevo en el asiento del piloto, le destapó los ojos y la ató fuertemente con una cuerda al volante, según su declaración ante la Guardia Civil. «No me atrevía ni a moverme, me quedé paralizada, asustadísima, no sabía qué me iba a hacer...», recuerda Florentina C.

El individuo, «que tenía acento latinoamericano», no le robó ninguna de sus pertenencias y tampoco la intentó agredir sexualmente, dos de los delitos con mayor correlación con el secuestro y la retención ilegal. ¿Pero cuál era entonces el objetivo del secuestrador? «Todas mis sospechas apuntan a que tienen que ver con un problema familiar que vengo arrastrando desde hace años, al hombre no lo conocía, pero probablemente le hayan ordenado que me diese un susto», considera la denunciante.

Antes de que el individuo se fuese del lugar, dejándola atada al volante, le dijo que podía hacer una llamada desde el móvil a quien quisiera. «Le di la clave y pedí poder llamar a mi hija para despedirme, le dije que estaba atada en el coche en un descampado y que me parecía una zona de Ribera de Arriba, que yo conozco porque allí vive mi exmarido», señala la protagonista de este extraño episodio.

La hija dio aviso rápidamente a la Guardia Civil y tras realizar una batida por la zona, localizaron el vehículo y a la mujer dentro, atada. No estaba herida, aunque sí «muy nerviosa», como ella misma señala.

Fue liberada y trasladada al cuartel, donde permaneció hasta bien entrada la madrugada. Interpuso la denuncia y en el día de ayer la Benemérita trasladó las diligencias a la Comisaría de la Policía Nacional de Gijón, a quien corresponde la ejecución de la investigación por demarcación del lugar en el que tuvieron lugar los hechos. Están abiertas varias líneas para intentar arrojar luz al caso.