Semana Santa en Asturias 2025

Las cofradías de Gijón se encomiendan a la fe para que el tiempo respete El Silencio

«Nos costó un poco cambiar el acto de la penitencia», confesó Alejandro Vallaure, maestre del Santo Sepulcro. Que cree que el cambio es «todo un acierto». Principalmente, porque «si no se hace muy tarde para los feligreses». De esta forma, quieren «animar a la gente a que participe y que todos los actos religiosos de por la tarde sean en el mismo horario y no haya confusiones», señaló Juan Antonio Rodríguez-Pládano, hermano mayor de la Santa Vera Cruz.

Su cofradía es la encargada de organizar esta procesión. Para Rodríguez-Pládano, «una de las más especiales»; en parte por su historia. Fue recuperada hace doce años, por empeño del ya fallecido hermano de la hermandad José Ramón Rodríguez Artime, 'Ramonín', quien fue jefe de capataces de la cofradía. «Pudo verla salir y dirigirla desde fuera, pero no portearla porque en aquel tiempo ya estaba bastante malín», recordó Rodríguez-Pládano.

Otra de las razones por la que esta es una procesión especial para Rodríguez-Pládano es «su austeridad». Los dos pasos, la Flagelación y las Lágrimas de San Pedro van acompañadas únicamente de la luz de las velas y con el golpe del bombo y la caja. Por ello, el hermano mayor intenta todos los años «mantener el voto de silencio», aunque, en ocasiones, la organización de todos los cofrades se lo impida.

Confesaba Rodríguez-Pládano que estos días, dependiendo con quién hable, la predicción del tiempo cambia. «Unos me dicen que libramos martes y miércoles, otros que nos va a caer un chaparrón...». Por eso, decide hacer oídos sordos. «Prefiero esperar al día de autos, en la hora crítica». De momento, la Santa Vera Cruz solo piensa «en preparar los pasos» para que todo esté listo. Mañana por la mañana acabarán de colocar la imagen y las flores de La Flagelación. «El paso de San Pedro es más pequeño y ya está listo», indicó.

Cuando el tiempo está revuelto, la decisión se toma quince minutos antes. «Nos reunimos los tres hermanos mayores y es ese momento en el que llegamos a consenso», señaló Vallaure. Si bien recalcó que lo bonito de la Semana Santa es que «salga a la calle», Vallaure es consciente de que el parte meteorológico no depende de ellos. «Nosotros el trabajo lo tenemos hecho, estructurado y perfilado». Ahora solo queda «afrontar la posibilidad de no poder salir». Por el momento, apuesta por tener fe.