«A veces solo damos medicación y el paciente sale por la puerta pensando que hemos hecho algo»

Uno de los asuntos que más preocupa a los especialistas en psiquiatría es la falta de tiempo. Así lo manifestó ayer, en el Colegio Oficial de Médicos, Marta González, doctora de familia en el centro de salud de El Llano: «Una de las cosas que más condiciona el enfoque a los enfermos es el tiempo que les dedicamos en consulta. A veces, simplemente damos medicación y el paciente sale por la puerta pensando que hemos hecho algo por ellos».

El encuentro tuvo lugar con motivo de la jornada de reflexión '¿Escuchas o pastillas?' que organizó el grupo de trabajo de salud mental de la Sociedad Asturiana de Medicina Familiar y Comunitaria (Samfyc), donde analizaron el panorama actual del sector. Este colectivo emprendió su andadura hace aproximadamente un año, y busca conocer los problemas que atraviesan los profesionales para ponerlos en común y encontrar alguna solución.

Realizaron una encuesta «para conocer la opinión de nuestros compañeros», aseguraron tres de los integrantes, Pablo González, Marta Martínez y Ana Gancedo. En este cuestionario participaron 85 médicos de familia, y las conclusiones que obtuvieron fueron, entre otras, que el grado de satisfacción con la asistencia a los problemas de salud mental en el día a día de sus consultas «es leve tirando hacia la insatisfacción; que los algoritmos de decisiones clínicas «no son demasiado útiles a la hora de tomar decisiones»; o que «no es muy adecuada la prescripción de psicofármacos en consulta».

«La escucha activa es muy importante, pero es difícil llevarla a cabo en consulta cuando está la sala de espera hasta arriba. A veces el paciente quiere una solución rápida porque le acaba de dejar su pareja, tiene problemas con su jefe, no llega a fin de mes...», apuntó la médico del centro de El Llano.

Por el contrario, el psiquiatra Filgueira cree que «los expertos hacen cada vez más indefensas a las personas. Ahora, para cualquier problema hay que acudir a las opiniones de los psiquiatras y que ellos digan cómo hay que reaccionar». Además, desde su punto de vista, «la autoridad del profesional cada vez va a peor porque se ven continuamente condicionados por el protocolo».