Los vecinos de la antigua fábrica de Flex, en Gijón: «Queremos las máquinas aquí ya. Se nos agota la paciencia»
Unas sesenta personas se han concentrado frente al edificio para protestar por los retrasos en la licitación para llevar a cabo su demolición
Alrededor de sesenta vecinos de La Calzada se reunieron esta tarde ante la antigua fábrica de Flex para protestar por los continuos retrasos en el derribo y adecentamiento del solar. Ni la lluvia les paró, porque el hartazgo en lo referente a este tema es mucho mayor por parte de los afectados.
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Junto a una pancarta que rezaba: «Derribo de Flex. Hechos ya». Los vecinos indicaron que no quieren «más palabras vacías». Así lo expresó Inmaculada Batalla, que vive frente al abandonado edificio y lleva sufriendo este problema desde que cerró la fábrica en 2001. «Es un estercolero», criticó.
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Ella fue la encargada de leer un pequeño manifiesto en el que expresó el sentir de todos los vecinos que están en su misma situación. «Nos sorprende las declaraciones del concejal de Urbanismo, Jesús Martínez Salvador, en las que dice que la licitación les está llevando más tiempo del que les hubiera gustado», señaló. El presidente de la asociación vecinal de La Calzada, Carlos Arias, agradeció que esta Corporación «haya cogido el toro por los cuernos y se haya comprometido a realizar la demolición». Pero los continuos retrasos «crean desconfianza y merman la credibilidad de los políticos». Martínez Salvador indicó el pasado lunes en rueda de prensa que la licitación saldría entre esta semana o la que viene, pero los vecinos ya tienen nula confianza en las palabras. Cansados de «falsas promesas», Inma Batalla recalcó que la cruda realidad de los vecinos es que, mientras retrasos en la fecha de inicio se siguen acumulando, «el peligro va en aumento debido a la continua caída de cascotes».
Arias suscribió sus palabras. «Muchas de las personas que esperan el autobús en la parada próxima al edificio se cobijan, los días de lluvia, bajo el edificio». Una zona de paso «muy transitada» en la que temen que algún día «llegue a pasar una desgracia» si la situación continua demorándose.
Otro de los puntos en los que incidió Batalla fue en «la insalubridad». El creciente abandono de la zona ha hecho que las inmediaciones «se conviertan en un urinario público». Pero no solo eso, «hemos llegado a encontrarnos aguas mayores e incluso que se utilice como un picadero». A ello se le une la proliferación de los plumeros de la pampa debido a la desidia en las instalaciones.
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«Queremos las máquinas aquí ya. Se nos agota la paciencia», concluyó su discurso Inma Batalla. Tras su intervención todos los vecinos corearon: «¡Demolición, demolición!». Hasta el lugar se acercó a apoyar la concentración la asociación vecinal Santa Cruz de Jove; la concejala de IU, Noelia Ordieres; los concejales del PSOE, José Ramón Tuero y Jacobo López y la concejala de Podemos, Olaya Suárez. Los vecinos anunciaron que las protestas continuarán cada 15 días hasta que vean «hechos reales» por parte de la Corporación.
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