El Congreso confirma el triunfo de Biden y Trump promete una «transición ordenada»
Pese a ello, el líder republicano mantiene su «total desacuerdo» con los resultados electorales | La sesión se retomó tras los graves incidentes azuzados por el todavía presidente, para el que muchas voces piden ya su inhabilitación, y que sembraron el caos en Washington
Ander azpiroz
Jueves, 7 de enero 2021, 12:59
Ni los disturbios de ayer en el Capitolio ni la negativa de Donald Trump han conseguido evitar lo inevitable. Tal y como decidieron los votantes estadounidenses el pasado 3 de noviembre, la Cámara de Representantes y el Senado han certificado este jueves la victoria del demócrata Joe Biden, que a partir del próximo 20 de enero se convertirá en el nuevo presidente de Estados Unidos.
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«La violencia nunca gana. La libertad gana. Volvamos al trabajo». Con esas palabras, que serán recordadas a lo largo de la historia, el vicepresidente, Mike Pence, reanudó la noche del miércoles la sesión en el Congreso que horas antes se había visto interrumpida por el asalto de una «turba» de extremistas enardecidos por Donald Trump. La reunión extraordinaria, que se prolongó hasta la madrugada y que hoy continuará, concluyó la misión para la que habían sido convocados los legisladores: certificar el triunfo de Joe Biden como presidente electo.
La confirmación del ganador en las elecciones debía haber sido un trámite sencillo. Pero cientos de seguidores de Trump decidieron abortarlo con un asalto al Capitolio que se cobró una muerte por arma de fuego en el recinto gubernamental y al menos otras tres en sus inmediaciones. El vicepresidente Mike Pence, mano derecha de Trump durante los últimos cuatro años, se vio obligado a suspender la sesión, y congresistas y senadores fueron evacuados de urgencia a lugares seguros ante unos asaltantes que en algunos casos iban armados.
Hasta el propio todavía presidente, minuto a minuto más solo entre los republicanos, se vio obligado a recular tras los acontecimientos de ayer. Tras la votación del Congreso, Trump ha admitido que su mandato está terminando y que el 20 de enero habrá una «transición en orden». «Aunque estoy totalmente en desacuerdo con el resultado de estas elecciones y los hechos me apoyan, habrá una transición en orden el 20 de enero», ha señalado el aún presidente.
Pese a los graves disturbios y el allanamiento de la sede parlamentaria de la democracia más antigua de la historia moderna, el Congreso de EE UU ha certificado horas después el triunfo Biden como presidente de EE UU.
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Trump, cada vez más solo
La confirmación de Biden por la Cámara de Representantes y el Senado ha evidenciado algo que se sabía ya desde que cayó en las elecciones. Esto es que el Partido Republicano ha abandonado a Trump en su pretensión de negar la victoria de Biden.
El magnate nunca fue admirado en las filas del partido conservador, y de hecho ganó las primarias a las elecciones presidenciales en contra del aparato del partido. Pero al llegar al poder, los republicanos, salvo excepciones como los excandidatos presidenciales Mitt Romney y John McCain, cerraron filas. Aunque algunos como el ex presidente George W. Bush pronto se desmarcaron también de la administración Trump.
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Una vez que los republicanos han perdido la Casa Blanca, la Cámara de representantes y, según se confirmó ayer, el Senado, la desbandada ha sido casi general. Solo seis senadores han intentado este jueves frenar la confirmación de Biden con el argumento de un supuesto fraude electoral. Las críticas por el asalto al Capitolio le han llegado a Trump incluso desde sus aliados más fieles. Uno de ellos, el ultraconservador senador Lindsey Graham fue tajante: «Se acabó. Joe Biden y Kamala Harris han sido elegidos legalmente y se convertirán en el presidente y la vicepresidenta de Estados Unidos el 20 de enero».
Las dantescas escenas que zarandearon uno de los mayores símbolos de la democracia estadounidense hicieron cambiar de opinión a parlamentarios republicanos que, animados por Trump, habían presentado objeciones al resultado de los comicios. Una de las voces más simbólicas fue la de la senadora Kelly Loeffer, que anoche perdió su escaño en las decisivas elecciones de Georgia que han dado a los demócratas el control de ambas Cámaras. «Los acontecimientos que tuvieron lugar me forzaron a reconsiderar. Y no puedo en buena fe objetar la certificación», señaló Loeffler. Como ella, la bancada republicana dejó prácticamente solo a Trump en su último intento por revertir su derrota electoral.
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Finalmente, la gran mayoría de los republicanos asintieron con la nominación de su rival demócrata. «Los totales de votos finales se consideran una declaración suficiente de las personas electas como presidente y vicepresidente de los Estados Unidos», sentenció Pence. Mientras, sus palabras eran igualmente respaldadas por el líder republicano del Senado, Mitch McConnell, estrechamente alineado con Trump durante toda su presidencia. «Los votantes, los tribunales y los Estados han hablado. Si los invalidamos, se dañará a nuestra república para siempre», dijo poco antes de tildar de «desquiciados» a los asaltantes del Capitolio, que no había sido asaltado desde 1814, cuando los británicos lo quemaron durante la guerra de 1812.
La cuestión para los republicanos es que Trump ya tiene pensado presentarse a las elecciones en 2024, y cuenta con una masa de votantes fieles que superan al propio partido conservador por el que se presentó a las elecciones.
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Mayoría demócrata en el Senado
Con la certificación del Colegio Electoral y con los excelentes resultados cosechados en Georgia, Joe Biden camina a paso firme hacia la Casa Blanca. Los dos escaños conseguidos en ese Estado por el demócrata Raphael Warnock –que será el primer senador negro en representar a esa región tradicionalmente muy conservadora– y Jon Ossoff –que a sus33 años será el legislador más joven de la historia de su partido– aseguran a Biden la mayoría en la Cámara Alta. No en vano, aunque tienen 50 asientos, al igual que los republicanos, la Constitución estipula que será la futura vicepresidenta Kamala Harris quien podrá desempatar las votaciones.
El control sobre el Senado da a Biden plenos poderes legislativos ya que los demócratas, además de la Casa Blanca, dominan también la Cámara de Representantes. Una situación así no se había vivido desde los dos primeros años de la presidencia de Barack Obama. El camino parece despejado para el líder demócrata quien sale fortalecido de una crisis política «sin precedentes» y ahora tendrá la difícil tarea de cerrar las heridas y «restaurar el alma» de un país dividido tras cuatro años de mandato de Trump.
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