Agradezco muy sinceramente a todos los miembros de la corporación municipal su decisión de concederme la medalla de plata de Gijón, motivo de orgullo para ... alguien como yo, nacido el 11 de enero de 1944 en la Gota de Leche. Es una distinción que propongo compartir con quienes fueron mis compañeros en EL COMERCIO, el periódico de mi vida de periodista. EL COMERCIO, quiero subrayar hoy aquí, es más que un periódico, más que una empresa mercantil. EL COMERCIO es de hecho una institución gijonesa y, desde Gijón, para Asturias. Una institución que dentro de dos meses y cuatro días cumplirá 143 años de existencia y es anterior al PSOE, a la UGT, al puerto de El Musel, al Sporting... «El secreto de esa longevidad», escribió Alfredo García García 'Adeflor', gran director del periódico, «está en haber sido sobrio en ambiciones personales y pródigo en el buen trato a su bandera. Si ha de tener existencia que se cuente por centenarios, ha de ser manteniendo como hasta ahora su programa de existir para los demás, que son las generaciones de todos los tiempos. Así, su espíritu en ese almario se mantendrá, sin pudrirse su forma temporal».
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Y Francisco Carantoña Dubert, director inolvidable de EL COMERCIO, completaba la definición al escribir que «todo cambia, pero la tradición sigue y se conserva inalterable el viejo espíritu fundacional, concretado en la vocación de mantener en Asturias una voz diferente, abierta y liberal, que sirva de contraste respecto a las visiones elaboradas desde otros miradores». Por eso EL COMERCIO tiene la medalla de oro de Gijón y por eso mismo no deja de sorprender que aún no posea la del Principado de Asturias.
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