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El padre Fidel en una foto reciente en su despacho.
DE SOMIÓ A CIMADEVILLA

El padre Fidel de Santo Domingo de Guzmán

Celebra en Gijón sus 50 años de carmelita

Janel Cuesta

Gijón

Lunes, 23 de septiembre 2024, 02:00

Es notorio la relevancia que día a día y año tras año va adquiriendo la festividad de Nuestra Señora de Begoña, a lo que no ... es ajeno la conservación y promoción de la muy gijonesa devoción a la que en su día el padre carmelita Adriano Álvarez calificó como la «copatrona de Gijón».

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Pero hoy traemos a estas páginas a una de las personas que desde los comienzos del presente siglo XXI lleva conservando la celebración solemne de la que ya es patrona oficiosa de Gijón durante la celebración de las fiestas de Begoña, y con ser ello digno de mención, no lo es menos que el pasado día 17 de este mes de septiembre acaba de cumplir los cincuenta años de su profesión simple como carmelita descalzo, y que sus fieles parroquianos, que son muchos, celebran a su lado con el cariño y reconocimiento que merece su labor tanto religiosa como social dentro de su entorno.

Y por este momento, no exento de recuerdos y emotividad, nos adentramos en la interesante vida de un religioso que nació el 26 de marzo de 1955 en Peñaranda de Duero, en una familia de seis hijos, tres hombres y tres mujeres, hijos del labrador y agricultor Fidel Gil Serrano, natural de Zuzones, y su esposa Restituta Hernando, de la misma Peñaranda.

El niño Fidel Gil Hernando, como sus hermanos, aprendió las primeras letras en la escuela pública de su pueblo, y fue cuando cumplidos los once años de edad escuchó predicar a un padre carmelita durante una visita a su escuela y el que ya era un devoto monaguillo en su parroquia decidió ir al Seminario de Valderas, en León, donde disfrutó estudiando durante cinco años para luego cursar el Bachiller en Armunia y el COU en el pronoviciado de Reinosa. Después cursa estudios de Teología en Burgos hasta 1980, pero entretanto, llegado el 17 de septiembre de 1974, ya había hecho la Profesión Simple como carmelita descalzo, de Io que huelga añadir que fue uno de los días más felices de su vida.

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Su vocación y buenos resultados en los estudios le llevan a ejercer de maestro de postulantes en el Seminario de Reinosa, actividad que compagina con su apoyo a los sacerdotes de la comarca, y en el año 1979 ya es consagrado solemnemente padre carmelita de por vida. Un año más tarde el Obispo argentino Monseñor Pironio le ordena sacerdote en la Catedral de Burgos y permanece dos años en el convento de la capital burgalesa como maestro de los novicios y también de los postulantes, mientras atiende las parroquias de los pueblos de Matamorosa, Izara, Suano y La Población, hasta que en el año 1987 su vida experimenta un cambio decisivo al ser destinado de misionero a Uruguay, donde permaneció dos años de ayudante en varias parroquias que él califica de muy pobres, lo que supuso descubrir unas gentes y unos pueblos que tal parecían de otro planeta; allí estuvo durante diez años más de párroco en San José de la Montaña.

En Gijón desde 2001

Regresó a España en 1999 y durante un año estudió en la Facultad de Teología en Burgos y otro en Ávila, donde cursó estudios de Historia y Espiritualidad Carmelitana, para dar otro paso importante en vida religiosa y personal cuando en el año 2001 es destinado a Gijón por haber fallecido el padre superior don José Luis de la Hoz, siendo el párroco don Evelio Serna, momento que el padre Fidel de Santo Domingo de Guzmán, nuestro personaje de hoy, no tiene reparos en afirmar que llegó con miedo al encontrarse con una gran ciudad, un mundo desconocido para él y donde no sabía cómo sería recibido por sus ciudadanos; dudas que pronto se disiparon al encontrarse con gente encantadora que le recibía con los brazos abiertos, con cariño y un sorprendente espíritu de colaboración.

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El reverendo padre Fidel fue nombrado párroco de Nuestra Señora de Begoña en el año 2002 al producirse el traslado a Reinosa del padre don Evelio Serna, y veintidós años después manifiesta que sus feligreses son como una gran familia, son amigos que se vuelcan colaborando tanto en la liturgia como en la catequesis con Cáritas Parroquial y en diferentes grupos de ayuda la parroquia y el no menos importante de apoyo a los mayores.

Tenemos que añadir por haberlo vivido que el padre Fidel ha dado un gran impulso a la Cofradía y celebración de la Festividad de Nuestra Señora del Carmen, que desde hacía varios siglos se celebraba en la capilla del Carmen y luego en la parroquia de San José; no menos fue su impulso a la fiesta religiosa de Nuestra Señora de Begoña, sin olvidar la devoción al Niño Jesús de Praga, cuya imagen se venera en el templo de Begoña desde el año 1941 que llegó procedente de Olot, de Gerona (Cataluña).

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No es de extrañar que el padre Fidel lleve todos estos días recibiendo el cariño y adhesión de sus feligreses, porque le entrega a los gijoneses que componen su parroquia tanto de él como de los cinco religiosos que le acompañan, son dignas del mayor reconocimiento de una ciudad abierta como Gijón, que desde el año 1970 en que la capilla de Begoña pasó a ser una parroquia más del concejo, es incuestionable que forma parte de su historia contemporánea tanto festiva como religiosa.

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