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Tampoco ye pa ponese así

Sábado, 5 de agosto 2023, 01:59

Hay palabras y expresiones que han llegado a hacerse populares, pero que tienen un origen concreto, a veces poco conocido u olvidado. La primera vez ... que escuché la palabra 'chiringuito' para referirse, no al puesto de comidas y bebidas playero, sino a ese chollo político sin ninguna utilidad pública, concebido como un 'descanso del enchufado' fue en unas declaraciones de Daniel Gutiérrez Granda. Al bueno de Daniel, que siempre será recordado por su meritoria labor como concejal en el Ayuntamiento de Gijón y en la dirección general de Deportes del Principado de Asturias, le ofreció el Gobierno de Areces hacerse cargo del tinglado de la Laboral por medio de un alto cargo de dirección, prácticamente sin ninguna función. «Estoy en la política para trabajar y no para ocupar un puesto en un chiringuito y cobrar al final de mes», dijo más o menos Gutiérrez Granda en su renuncia. Él volvió a su trabajo, después de grandes logros para la ciudad en la organización de conciertos, potenciar el deporte base y crear esa nueva acepción de chiringuito. Por su parte, La Laboral, terminó como terminó.

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La expresión 'Tampoco ye pa ponese así podría haber nacido en un Descenso del Sella de hace la friolera de, aproximadamente, medio siglo. Edición ganada por piragüistas daneses. Poco antes de la salida del Descenso, se formó una trifulca por no se sabe qué razones. Un pacificador gritó: «¡Tampoco ye pa ponese así!». La expresión tuvo un éxito inmediato. A los pocos minutos, la gente coreaba, con cierta musicalidad «do, do, do, si, sol, sol do do sí», (tam-po-co-ye-pa-po-ne-sea-sí»), y de Arriondas la frase pasó a Asturias y al mundo.

Hay algo de estoicismo, de control de las pasiones y de cierta búsqueda de la serenidad que trasciende la expresión que yo escuché por primera vez en el Descenso del Sella, para convertirse en un pensamiento, una máxima apropiada a los nuevos tiempos que nos esperan. Probablemente, tras el paréntesis de agosto, y mientras la política siga empeñada en repartir chiringuitos y cavar trincheras, en vez de lograr acuerdos generales, vendrán tiempos complejos, irritables y turbulentos. Para sobrellevarlos, no estaría más una buena dosis de 'tampoco ye pa ponese así', que calmase como en Arriondas hace cincuenta años, los ánimos.

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