En Pumarín, 20 convivían varios negocios de alquiler de habitaciones, pisos de chicas y de intercambio de parejas.

La red de prostitución seguía introduciendo chicas en España mientras era investigada

Ama Lara, que pagó 15.000 euros por el traspaso del piso de Pumarín, se sintió engañada y amenazó con romper el acuerdo

Gonzalo Díaz-Rubín

Domingo, 21 de agosto 2016, 01:41

Ayer, dejamos a TP 01-OV camino de la Policía, dispuesta a denunciar que en los últimos tres meses, desde que salió con 18 años de su Caaguazú natal (Paraguay), ha sido engañada, coaccionada y empujada a prostituirse en un piso de la avenida de Pumarín. Son las cuatro y media de la tarde del 5 de enero. Los alrededores de la Comisaría de General Yagüe son un hervidero de niños, pajes a medio disfrazar y carrozas. Cuando casi cuatro horas después, la chica concluya su relato, los agentes se olvidan de la noche de Reyes e inician su investigación.

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Los primeros pasos son corroborar algunos aspectos de la declaración de la joven. Una agente llama al número de teléfono del piso y se hace pasar por una chica interesada en trabajar en Pumarín, 20. Al otro lado del teléfono, le cuentan una versión edulcorada -sin los gritos, broncas y coacciones que relató la testigo protegido, mientras Melchor, Gaspar y Baltasar lanzaban caramelos- de las normas de 'la casa'.

En un primer escrito al juzgado, los agentes apenas tienen nombres (Marta F., Ama Lara, en sus dominios, solo se llama aún «Lara»), solo han identificado al actor principal: Antonio Gonzalo N.. Leva, según la Policía, al menos, 20 años dedicándose a este negocio. Ha tenido clubes, pisos y salones de relax. La mayoría en Oviedo. Dos veces ha sido detenido por delitos relacionados con la explotación sexual de mujeres. Es clave. Pumarín, 20 -'Carmenrelax', en internet y anuncios- «es el piso de más renombre de Oviedo». Tanto, como para que la Policía ya hubiese hecho alguna indagación previa con ayuda de la Policía Local.

Los municipales se limitan a confirmar que es una casa de citas y que no tiene licencia de apertura. Adjuntan un recorte de una página de clasificados y fotografías del portal. Sobre el buzón del segundo piso, no del tercero, el cuarto o el quinto -donde están las chicas- se lee «Ohlamour S.L».

Cursilerías y abogados

Los agentes, intrigados, averiguan que tras la firma se hallan dos hermanos María Sandra y Francisco René E.. También que la primera es la esposa de Antonio Gonzalo N. y que ambos utilizaron esta firma y otra para tratar de regularizar la situación de alguna de las chicas de confianza, caso de Kristal (Tatiane A.) que ejerce de encargada del piso. Una inspección rutinaria de la Seguridad Social, tumbó el amaño.

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En realidad, aunque Antonio Gonzalo N. centre toda la atención desde el principio, Pumarín, 20 no es suyo. La tal 'Lara' (Marta F., que regenta un negocio de sadomasoquismo en Campomanes, 14 desde hace 10 años) ha tomado las riendas, cambiado a la encargada (generando a su vez más presión sobre la TP 01-OV, que huirá en Nochebuena) y lo ha hecho todo por escrito.

En los registros, practicados además de en los locales de prostitución en las viviendas de los implicados, los agentes hallaron los contratos. No los firma Ama Lara, ni con su seudónimo de dominátrix. Los agentes destacan que «evita siempre» que aparezca su nombre. Utiliza a Luis Enrique S., a quien la Policía cree testaferro y algo más de Marta F.. El contrato se firma por una renta de 1.500 euros al mes y otros 15.000 euros por el traspaso y alojamiento de las páginas web donde publicitan el negocio. Con abogados y todo para los detalles.

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El contrato del traspaso desvela que Ohlamouur S.L no es la única cursilada del entramado delictivo. Las contraseñas de administrador abundan en 'princesaamada', 'infoprincesa' y similares. No es poco, para quienes, mientras estaban ya siendo investigados por la Policía, usaron a Carolina V. para traer dos chicas nuevas desde Paraguay, siguiendo la misma ruta que la denunciante. La Policía alemana identificó a Carolina V. y sus dos 'acompañantes' en un control en la escala que hicieron en Francfort camino de Toulouse en marzo de este año. Según el sumario, las hermanas Carolina y Blásida V. son las conseguidoras de las chicas para los negocios de alterne de Oviedo y Ferrol, pero al menos otras dos hermanas de estas trabajaban en el piso de Pumarín, 20.

La red seguía funcionando ajena (o casi, hay conversaciones de whastapp en las que se teme una inminente redada y se esconde a las chicas 'irregulares') a las indagaciones policiales. Hay roces. Antonio Gonzalo N. sigue ejerciendo algo más que cierta tutela sobre las encargadas e inmiscuyéndose en la gestión del piso que acaba de traspasar. Marta F. (Ama Lara) se lo afea. Le dice que solo ella puede «tocar los anuncios» de las chicas y acusa a Antonio Gonzalo N. de que «los ha quitado todos». La competencia entre la nueva gerente y el anterior propietario, que sigue manteniendo varios pisos con chicas en el mismo edificio, no solo se da en la red.

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Entre ambos han pactado, que no haya chicas 'independientes' (las que pagan solo el alquiler de la habitación), pero Marta F. ha visto entrar «a una con una maleta». Antonio Gonzalo N. se hace el longuis, le responde que el lunes irán a hacer una pequeña reparación pendiente e ignora las amenazas.

El 20 de marzo, estalla. Ama Lara envía un mensaje a Antonio Gonzalo N. en el que le dice que «la chica o chicas independientes que tienes ahí» (la Policía cree que el veterano se la ha jugado a la dominátrix y se dedica a buscar chicas para sus otros pisos en el edificio) «han intentado interceptar a unos de nuestros clientes. Van a bajar a zurrarlas como sigan así y va a haber problemas con la Policía», que ya tienen ambos, pero no saben. Le recuerda, además, «que nos diste tu palabra de que ahí no ibas a meter independientes mientras yo tuviera Carmen», por Carmen Relax.

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Antonio Gonzalo N. no contesta. Marta F. le vuelve a amenazar al día siguiente con «romper el contrato y pedir daños y perjuicios y que nos devuelvas el traspaso». Ahora ya sabemos para qué querían los abogados. Lo hace porque su contraparte ni ha arreglado el piso ni le ha pagado lo correspondiente y, además, le carga recibos en la cuenta. Ama Lara sabía con quién se jugaba los cuartos, que Antonio Gonzalo N. arrastraba «problemas con la Policía por trata de blancas y drogas».

Pese a todas las precauciones que ha tomado Ama Lara para expandir su negocio de azotes, dominación, bondage o fetichismo a un mercado del sexo con más clientes potenciales, parece haber sido engañada. El zorro, otra vez, se come a la gallina, enfundada en cuero, eso sí.

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Dentro del piso, Antonio Gonzalo N. contaba con Dana T., una letona, madre de dos menores, que hacía de encargada de confianza. Incluso tras el traspaso, Paloma, que también se hace llamar así, sigue informando a aquel.

Sin embargo, poco después ya solo trabaja limpiando el segundo piso del mismo portal, que su 'jefe' explota como alquiler por horas o para intercambios de pareja. Ha llegado la nueva encargada, también Paloma (Cecilia O., paraguaya), y, en teoría mujer de confianza de Ama Lara. Sin embargo, esta también informa a Antonio Gonzalo N. ante cualquier problema. El 12 de abril, suena el teléfono fijo a las cinco de la mañana, «un amigo» avisa a Paloma de una inminente redada. Esta reacciona escondiendo a las chicas en el quinto piso del edificio y comunicándoselo a aquel. «Están todas ilegal», le dice. El viejo zorro, parece casi mirar el reloj, le responde que cree improbable una redada a esa hora y escribe «competencia, espera media hora», mientras promete acercarse para tranquilizarla.

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Antonio Gonzalo N. tiene razón, es una falsa alarma. 11 días después, no. El 25 de abril, la Policía lo interceptó. En dos días más caen Carolina y Blásida V., Cecilia O. y Luis Enrique S.. A Marta Fernández la detienen los agentes el 25, justo cuando salía de los dominios de Ama Lara. La mayoría se niega declarar o se sale por la tangente. Antonio Gonzalo N. dice que lo único que hace es cobrar la renta del piso. Las chicas trabajan todas «de forma voluntaria». Los cinco primeros investigados salen todos camino de Villabona en prisión provisional. Faltan aún otros nombres. Se irán uniendo a la nómina. Mañana más.

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