Borrar

«Gerardo, sado, me tuvocolgada y bailando la jota»

Ama Lara llevaba un meticuloso registro de sus clientes, sus preferencias y de las salidas que podían ser peligrosas

G. D. -R.

Domingo, 21 de agosto 2016, 01:40

En el registro del 'Reino de Ama Lara', el piso de Campomanes 14 donde Marta F. ofrecía servicios de sadomasoquismo desde hacía 10 años según la Policía, los agentes encontraron hasta 10 teléfonos móviles, uno para cada una de la extensa relación de 'especialidades' de la casa, intuyen en su informe. También descubrieron que la dominátrix llevaba un meticuloso registro de sus clientes y sus preferencias, que anotaba a mano en una libreta Guerrero de tapas naranjas: «Gerardo, sado, me tuvo colgada con pinzas en los pezonas abajo y yo bailando la jota. Me dio pala, azotes, fusta», se lee en una de ellas, que recoge los servicios hechos por 'Naty', una de las chicas que trabajaba para Ama Lara en 2014.

Jorge, otro de los clientes que figura en las anotaciones, «es muy agradable». Cabe decir también que es de costumbres ordenadas y regulares: siempre acude a mediodía, siempre pide los mismos servicios «un recorrido de zapatillas, fusta, nalgadas, palas etc...». Servicios por los que, dependiendo del tiempo, paga entre 150 y 50 euros.

No todos son tan agradables como Jorge. Rubén, «es majo, pero huele muy mal». «Es joven y le gusta que le follen y luego hacerle francés... Es fácil de hacer». A Julián «le gusta mucho el griego, garganta profunda, algo de barra por abajo, amarrada y dedos», sin embargo «es algo antipático».

Estas anotaciones, señala la Policía, servirían para conocer las preferencias de cada cliente y saber cuál de las chicas del piso era la idónea para atender sus demandas. Pero también, «debido a la naturaleza de los servicios ofrecidos», facilitaría llevar un control de los clientes que «permitiría estar alerta en determinados casos». Las precauciones parecen necesarias también en las salidas, que Ama Lara recopilaba en dos apartados: buenas y falsas. En las hojas de las primeras, figuran una larga relación de viviendas del centro de la ciudad, desde la plaza de América, Monte Cerrao o Samuel Sánchez a León y Escosura, y hoteles a los que las chicas acudieron con buenos resultados. En lo económico, porque las salidas se cobraban a 150 euros más taxi y en lo personal, porque se trataba de clientes que no entrañaban riesgos para las chicas o cuyas demandas no tenían especiales dificultades dentro de un género dado a la parafernalia y con cierto grado de violencia.

En el capítulo de falsas, están las que resultaron fallidas, las que no dieron confianza a las chicas, no acabaron en un servicio o aquellas peliagudas. Entre ellas aparece, «en tinta azul 'Álex Gordo Cabrón'», destaca la Policía. La anotación continúa contradiciendo que «es buena», pero «Carla y Paula no la pueden hacer», no les fue bien cuando fueron la primera vez, deducen los agentes.

Contabilidad coincidente

A la Policía, aparte del modus operandi de un 'negocio' menos habitual, lo que le interesa de las libretas de Ama Lara, en Campomanes, 14, es que en ellas se lleva una contabilidad y registro idéntico al que apareció en Pumarín, 20 e incluso en una de las páginas se detallan «las tarifas del piso» que Marta F. cogió en traspaso de Antonio Gonzalo N.. «En otra página se describen físicamente a las mujeres que trabajaban en Pumarín, 20», con un capítulo aparte para las de nacionalidad paraguaya, anotadas como «para». Alguna no sale muy bien librada del ojo crítico de su nueva gerente. De Analía, dice, que «es rubia y feíta»; de Miriam, que es «sin pecho y flaca». Cinco de las siete chicas del piso eran paraguayas.

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

elcomercio «Gerardo, sado, me tuvocolgada y bailando la jota»

«Gerardo, sado, me tuvocolgada y bailando la jota»