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Una vecina observa los daños causados por el fuego.

«¿Qué va a pasar ahora con nuestras casas?»

Los vecinos desalojados por el incendio del bazar chino están citados a las cuatro de la tarde por el administrador del inmueble para informales de la situación

Ángela S. Cifuentes

Viernes, 10 de febrero 2017, 11:48

Las veinte familias afectadas por el incendio del bazar chino ubicado en la Avenida de Pumarín se reunieron hacia las diez de la mañana a las puertas del inmueble número 36, para conocer el estado de sus vivienda y lo más importante, cuándo podrán volver a ellas.

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Todo eran dudas e incertidumbre sobre la situación, aunque un cartel en el portal les daba algo de luz en el asunto, ya que a las cuatro de la tarde están citado por el administrador para resolver dudas sobre los daños producidos por el fuego, aunque de momento no saben si esta noche también tendrán que dormir fuera de sus casas.

«Están rotas todas las bajantes, podemos entrar en las viviendas, pero no podemos vivir en ellas. Necesitamos que nos den una solución lo antes posible. No podemos estar en la calle», explicaba Montse Añón, vecina del tercer piso, uno de los más afectados. «Ayer pudimos entrar en casa, deprisa y corriendo con una linterna, porque no había luz. Las ventanas están rotas y las persianas quemadas».

Los bomberos y los técnicos estuvieron a primera hora en el bazar y también en el edificio número 36 para hacer diferentes mediciones y revisar la los daños. Algunos vecinos pudieron entrar en sus casas para recoger lo esencial. Eso sí, acompañados en todo momento de un bombero.

Los garajes también están afectados, algo que le preocupa a Juan Manuel López, vecino del primero piso y que tiene su coche aparcado en el garaje. «No sabemos que vehículos están afectados. No nos dejan entrar. No dicen nada», comentaba a las puertas del portal de su vivienda.

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Esta noche ha dormido junto a su mujer en un hotel y sus suegros, que viven con ellos, han pasado la noche en casa de un familiar. «La situación es preocupante, pues no tenemos ni agua, ni luz. Las bajantes están todas quemadas. Tenemos que armarnos de paciencia».

Otro de los afectados es Julio Queipo, quien tuvo que dormir junto a su mujer en Llanera en casa de su hijo. «Ayer pasamos muchos nervios, pero afortunadamente nuestra casa está en pie», comenta aún con el susto en el cuerpo.

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Muchos de los afectados no han podido ir a trabajar, ya que aún no saben que va a pasar con sus casas. Una de ellas es Claudia Cuesta. «Esperemos que nos den una solución pronto, no podemos estar así, en la calle. Sin nada».

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