El Consistorio aprueba la demolición de una nave de Almacenes Industriales

El Ayuntamiento ha dado luz verde al proyecto para la demolición de una de las naves en ruinas de Almacenes Industriales, la que ocupa la parcela entre las calles Ricardo Montes, Coronel Bobes y Almacenes Industriales. No ha sido fácil, la sección de Policía Urbanística tuvo que abrir reiterados expedientes sancionadores a la propopiedad, el Banco de Santander, hasta sumar cerca de 23.000 euros por incumplir el deber de conservación. Con la aprobación del proyecto, el Ayuntamiento confía en que los trabajos de demolición comiencen en las próximas semanas, mientras trata de buscar una solución con la propiedad de los otros dos solares ocupados por escombros y fuera de ordenación, la promotora Naranco 2000, a la que también se le han icoado expedientes sancionadores.

Algo salió mal en Almacenes Industriales. Cuando Oviedo se desparramó por la falda del Naranco, junto a las vías del tren y el hoy desaparecido cargadero de mineral, sobrevivieron naves y negocios fabriles. Solo en 2006, el Ayuntamiento lo dejó fuera de ordenación en la revisión del PGOU, convirtiendo en residenciales los suelos de Ferreros, divididos en tres pequeñas actuaciones, y de Almacenes Industriales. Las expropiaciones complicaron y demoraron los planes de las constructoras. En 2007, Naranco 2000 llegó a presentar un proyecto de urbanización en el que se comprometió a asumir la construcción de una glorieta en Nicolás Soria como parte de las cargas urbanísticas, pero tenía grandes planes. Aprovechó la revisión para solicitar un aumento de la edificabilidad del 15% y eliminar la barrera de las ocho alturas como máximo para llegar a las 12. Pretendía, con ello, alejar los edificios para 1.500 viviendas de las vías del tren y proponía una prolongación de la losa como paseo.

En 2009, la Comisión de Urbanismo y Ordenación del Territorio de Asturias (CUOTA) lo rechazó. Adujo que «deberá existir una justificación muy pormenorizada» para contemplar un nuevo aumento de la edificabilidad y para superar la altura máxima fijada por el PGOU. Insistía en que podía suponer «la creación de barreras visuales que incidan negativamente en un entorno particularmente sensible, como es la ladera sur del Naranco». Ya daba igual. El estallido de la crisis hizo inviable la operación. Desde entonces, los solares solo acumulan suciedad, escombros y repetidos incendios.