Oviedo vuelve a cantar a San Juan

Salida de tiempos ancestrales, a juego con la fiesta pagana cristianizada de comienzo del verano que ayer se celebraba, una letra acompañó a la tradicional danza prima que cientos de ovetenses bailaron en la plaza de la Catedral alrededor de la hoguera de San Juan. «Vamos a armar una danza, / alredor desta foguera, / el que si quiera entrar, qu entre, / y el que non, que quede fuera».

Fue una noche fantástica, en la que solo faltó la Peregrina para emular a La dama del Alba; con conjuros, aguas de La Foncalada y del cañu de El Fontán; con xanas, personajes druídicos y alusiones al círculo del «agua, el aire, la tierra y el fuego» al que los asistentes arrojaron los objetos que encarnaban los males del año y luego danzaron, cantaron y se divirtieron.

Los preparativos comenzaron a las diez con la proyección sobre los edificios de la plaza de luces e imágenes alusivas a la fiesta. Una hora más tarde, la Asociación Mercáu Astur desplegó todo un ritual mágico y pirotécnico, con cuatro sacerdotisas, una por elemento, como protagonistas del conjuro. Como remate, un majestuoso cuélebre de 15 metros, encarnación elemental del fuego, invadió la plaza y prendió la hoguera.

Pasada la medianoche, dos hombres y dos mujeres de la Asociación LAndecha Folclor dUviéu se subieron al escenario para cantar una letra desempolvada para esta noche, pero que ya recogía el prestigioso musicólogo de la ciudad Eduardo Martínez Torner en su Cancionero de 1920.

«Se trata de una danza de rueda de cáracter profano, rescatada de la memoria popular de una mujer de Colloto en el año 1999. Se caracteriza por su espontaneidad, tanto podía ser una esfoyanza, una andecha o un para rematar el dia del baile. Hoy ritualizamos la danza y prefijamos las letras y el orden de las cuartetas, para que todos los danzantes, los que sepan y los que no, puedan participar» al son de una melodía que a todos los asturianos suena familiar, explicó Luciano Rodríguez, Chano, el compilador de esta danza.