La defensa de Jorge Cue pide la nulidad de la sentencia, del juicio y del propio veredicto del jurado, por el homicidio de David Carragal. JOSE VALLINA

El condenado por el homicidio de Carragal: «Hubiese actuado de otra forma si supiese cómo iba a acabar»

La defensa de Jorge Cue pide la nulidad de la sentencia por el homicidio de David Carragal y el condenado admite desde la cárcel que actuó de forma «imprudente», pero sin intención de matar

alberto arce

Martes, 5 de octubre 2021, 14:25

La Sala Civil y Penal del Tribunal Superior de Justicia de Asturias (TSJA) ha acogido hoy la vista de apelación contra la sentencia de la Sección Tercera de la Audiencia que condenó en abril a Jorge Cue a doce años de prisión y el pago de 125.000 euros de indemnización a la familia de David Carragal, el maestro pixueto de 33 años fallecido pocos días después de recibir una violenta patada en la cabeza cuando abandonaba el prau de las fiestas de La Florida junto a dos amigas el 11 de junio de 2019. La defensa del llanisco de veinte años, condenado por un delito de homicidio, ha solicitado la nulidad de la sentencia, del juicio y del propio veredicto del jurado. El joven, quien ha comparecido desde el centro penitenciario de Asturias a través de videoconferencia, se ha limitado a asegurar que «en ningún momento se me pasó por la cabeza que fuese a terminar así. Sé que actúe de forma imprudente y que lo que hice está mal, pero si se me hubiese pasado por la cabeza lo que iba a terminar ocurriendo, hubiese actuado de otra forma».

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Su letrado, Jorge García, asimismo, ha solicitado la declaración de la nulidad de la sentencia, del veredicto y del juicio por un posible quebrantamiento de las garantías procesales y del derecho de Cue a la presunción de inocencia, entre otros motivos, porque «los hechos probados (que el llanisco propinó una patada a Carragal tras haber bebido y que este último cayó al suelo y terminó falleciendo) no nos pueden llevar a la conclusión de que (Jorge Cue) sabía las consecuencias de su patada ni de que asumía la muerte». Por eso, ha incidido, «seguramente la patada fue inesperada y desproporcionada, pero en ningún caso se puede deducir que mi representado imaginaba el resultado de la acción», ha afirmado.

Jorge Cue ha comparecido desde el centro penitenciario de Asturias a través de videoconferencia. JOSE VALLINA

En ese sentido, las defensas de los dos amigos de Cue que le acompañaban aquella noche, R. B. D. y A. S. S., ejercidas por los letrados Sergio Herrero y Alejandro García (en sustitución de José Joaquín García), han solicitado también la libre absolución de sus clientes, a quienes les condenó a pagar multas de 2.250 euros cada uno por sendos delitos de omisión del deber de socorro.

Estos, tras la patada que dejó al maestro en el suelo, convulsionando y ya en estado crítico, salieron corriendo «sin preocuparse por socorrer a David Carragal ni realizar una mínima comprobación de si había ayuda real y efectiva que este pudiera recibir», tal y como recogía la sentencia hoy revisada. No obstante, el Ministerio Fiscal y sus letrados han coincidido en que «no se puede demostrar en que David Carragal fuese una persona desamparada» tras recibir la patada y permanecer en el suelo gravemente herido, porque le acompañaron en todo momento cuatro personas, sus dos amigas enfermeras de profesión, y otras dos jóvenes, que se pusieron en contacto directamente con el servicio de Emergencias.

Al mismo tiempo, las defensas de ambos solicitaron la aplicación de la circunstancia atenuante de confesión al haberse presentado todos ellos en comisaría «voluntariamente» el 17 de junio de 2019, como máxima pena a imponer, la reducción de la pena en su estricta mínima extensión de tres meses y el pago de una doceava parte de las costas procesales para cada uno de los dos, y las otras diez partes para el condenado por homicidio.

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Jorge Cue fue declarado culpable de un delito de homicidio doloso por un tribunal popular tras varias y largas jornadas de juicio a finales del pasado mes de marzo. La última sesión terminó entrada la madrugada. El relato de hechos probados ahora apelado por los tres condenados exponía que en la noche del 11 de junio de 2019 el llanisco y sus dos amigos se acercaron a la víctima y a las mujeres que le acompañaban, ambas enfermeras, para pedirles de forma «insistente» tabaco y mechero. Se encontraban en el paso de peatones del Paseo de La Florida a la altura del número 58.

Tras contestarles que no tenían cigarrillos, las chicas cruzaron la mediana. En cambio, Carragal, «sin que conste que su actitud fuera desafiante», se quedó hablando con los tres jóvenes. Fue ahí cuando, de pronto, «Jorge Cue le propinó una fuerte patada en la parte derecha de su cabeza que le hizo caer de espaldas, inconsciente y a plomo», y golpearse «violentamente» la zona parieto-occipital contra el suelo, lo que le causó las «graves lesiones que finalmente produjeron su fallecimiento». El condenado «sabía que al dar la patada en la cabeza a la víctima era probable que cayera al suelo sin control y se causara su muerte», incidía la sentencia de la Sección Tercera de la Audiencia Provincial.

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La patada y la caída

Durante las sesiones del juicio, entre el 15 y el 20 de marzo, una parte del caso se había centrado en determinar si había sido la violenta patada la que mató a Carragal, produciendo las graves lesiones cerebrales por contragolpe que lo mantuvieron casi una semana en coma en la UCI del HUCA hasta su fallecimiento (la tesis de la familia); o si, por el contrario, las había producido la caída al suelo posterior a la misma (la de la defensa del llanisco). En ese sentido, la acusación particular, ejercida por el letrado de la familia, Ángel Bernal, había elevado la petición de pena en la última jornada de vistas a 16 años de prisión por un delito de asesinato y ya no de homicidio doloso. Bernal sostuvo que la patada de Cue fue la que motivó las graves lesiones cerebrales que terminaron con la vida de Carragal seis días después. «Por la brutal patada David murió. La cabeza es una parte vital. Nosotros sostenemos que la patada fracturó el cráneo, que es lo que provocó el contragolpe», concluía el letrado.

En la jornada del 20 de marzo, el llanisco aprovechó su turno de última palabra para disculparse. «Estoy muy arrepentido de lo que pasó esa noche, soy consciente de que actué de una forma imprudente, pero nunca quise que David se muriera». Cabizbajo, continuaba antes de salir de allí esposado rumbo a la penitenciaría, «me gustaría pedir perdón personalmente a los familiares y a sus amigos, y repetir que en ningún momento quería que pasara algo así: Es un peso que me voy a llevar conmigo toda la vida», lamentaba.

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Durante la vista de este mediodía, Bernal ha vuelto a reiterar su tesis de que fue la patada la que ocasionó la grave fractura craneal a David Carragal; sin embargo, y citando las palabras de la fiscal, «porque la acción es la misma y el riesgo, evidente», pues «a nadie en su sano juicio este hecho le podría parecer un accidente», ha sentenciado.

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