El centro de Oviedo, mejor desde una terraza
Bares. Turistas y asturianos celebran el verano a la sombra, con un buen aperitivo y observando los enclaves de la capital: «En ellas disfrutamos de la vida»
Gabinete Caligari lanzó en 1986 la canción 'Al calor del amor en un bar' incluyendo la frase 'bares, qué lugares'. Tres palabras que no se olvidan, pero que por el verano se podría adaptar de la siguiente manera: 'Terrazas, qué lugares'. Cuando el tiempo acompaña, son una de las opciones predilectas de los clientes con sus cañas, sus vinos o sus comidas o cenas y las del Oviedo Antiguo permiten observar enclaves extraordinarios mientras «estás disfrutando».
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Así lo explica Gachi Martínez, que estos días comparte con Eva Luque unos días de descanso en Oviedo. Ambos son de Algeciras y en sus viajes tienen una tradición: «Buscamos aquellos lugares donde podamos impregnarnos de las vistas de cada lugar». Ayer lo hicieron desde en el Llar de la Catedral, que permite observar la fachada principal de la 'Sancta Ovetensis'. También el palacio de Valdecarzana –sede del Tribunal Superior de Justicia de Asturias– y la estatua de La Regenta en el año que se cumple el 140 aniversario de su publicación. «En las terrazas disfrutamos de la vida», decían mientras brindaban con una caña.
Las vistas de Javier y Máxim Serrano y Svetlana Valcheva nada tienen que envidiar a las anteriores. Ayer aprovecharon el desayuno para disfrutar de uno de los lugares más ambientados de los domingos ovetenses: la plaza del Fontán con el tradicional rastro, y lo hicieron desde el Valentina de la calle Fierro. «Venimos de Alicante y desde las terrazas ves gente paseando, los perros...», manifestó esta familia. «Son muy entretenidas», añadieron la familia Siñeriz-Lorenzo desde La Esquina del Peso de la calle Peso. Ellos viven en Madrid y siempre que pueden optan por consumir desde las sillas y mesas exteriores de los bares. ¿La razón? Una de ellas, es su perra Astur.
Si los asturianos aprovechamos las terrazas para disfrutar del sol, hay turistas que lo hacen por «el fresco». Desde Barcelona llegó Jordi Pascual, quien explica que en su ciudad natal para elegir la terraza tienen que darse dos condicionantes: que no tenga mucha gente y que la temperatura no sea sofocante. «Nosotros, en cambio, las aprovechamos siempre que no llueve», abundó su compañera de terraceo, la asturiana Laura Flores. Ambos hicieron una parada en El Mono que Lee de la plaza de Riego. Un momento para cargar pilas y contemplar Oviedo a su alrededor.
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