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La doctora Alba Riesgo. J. C. Román

Una vida en imágenes

Alab Riesgo
No podía ser otra cosa que médico

Médico de Urgencias en el HUCA e hija de médicos, fue directora del Hospital Valle del Nalón durante la pandemia aunque ha vuelto a colgarse el fonendoscopio al cuello. Melómana, viajera, atareada, enamorada de Italia; disfruta del buen vino y de sus dos sobrinos

Domingo, 18 de mayo 2025, 00:00

Atareada, enamorada de la Medicina, lectora de un solo libro cada vez, melómana... y aunque no ha tenido hijos es una gran madraza con sus dos sobrinos, Blanca e Íñigo. Estudió el último año de Universidad en Perugia (Italia) y «me enamoré de ese país. De hecho, mi madre cuando me ve algo mustia me manda a Roma a casa de una gran amiga».

Ha sido cooperante en la India curando y enseñando hábitos de higiene y nutrición en Calcuta. Cuando habla se le encienden unos intensos ojos claros aunque mantenga casi siempre los brazos cruzados, seguramente para no desvelar demasiados datos de su intimidad. Se considera un poco torpe, «me han puesto hasta ocho escayolas» y de eso son testigos manos, piernas, dedos «y la sala de yesos de la antigua Residencia Covadonga; me acuerdo perfectamente de cómo eran los azulejos y también el traumatólogo. Fueron muchas visitas».

Alba Riesgo García (Oviedo, 1972) es médico de Urgencias en el HUCA, doctora en Medicina por la Universidad de Barcelona. Ha sido directora del Hospital Valle del Nalón durante seis años donde tuvo que gestionar la pandemia con «mucha incertidumbre, miedo, trabajo, estrés y con el busca siempre encendido... y sonaba y sonaba». Defiende «a los gestores sanitarios porque se valora poco su trabajo, son los grandes desconocidos». El caso es que en 2022, tras seis años de gestión, volvió a su puesto en Urgencias «donde estoy muy feliz pese a las guardias y a todo».

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Pero no siempre ha sido médico aunque parezca lo contrario porque es su pasión, su gran pasión. También fue una buena estudiante del colegio de Meres mientras sus padres Miguel y Conchi, ambos doctores, le iban inoculando el 'veneno' de la profesión sin ser conscientes ni la una ni los otros.

No fue una chica muy de salir aunque «sí recuerdo Whippoorwill, pero yo era muy tranquila». «En verano era diferente, nos íbamos a Luanco donde veraneaba la familia y tengo grabado en la memoria llegar por la mañana de Valpa (discoteca famosa en los noventa del siglo pasado, Valparaíso se llamaba) y aparecer con los cruasanes del desayuno para que no me riñeran».

Como no tiene hijos su vida está con sus sobrinos, y por eso y por más cosas «creo en los Reyes Magos que para eso soy muy monárquica. Mis sobrinos tienen que pasar por casa el día de Reyes a recoger sus regalos».

Alba Riesgo, eso sí, disfruta de las comidas y cenas con amigos «con un buen vino y hace mucho calor con una caña». No le gustan los vinos clásicos y como una de las condiciones de su carácter es que es inquieta siempre le apetece probar caldos diferentes.

Ahora está leyendo lo último de Javier Cercas y recomienda a todo aquel que la quiera escuchar la novela 'Mapa de soledades', de Juan Gómez Bárcena. Será por la lectura y el transporte mental a otros lugares pero su gran pasión es viajar y de eso es testigo más o menos medio mundo. Alba Riesgo explica muy bien todo lo que cuenta, por eso es profesora, y percibe el mundo con el compás cadencioso de la música clásica.

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