El nuevo aguaducho del Campo tendrá una estructura prefabricada

La apuesta por una construcción prefabricada permitirá recortar plazos y evitar entrar en rumbo de colisión con la protección del Campo San Francisco como jardín histórico con la categoría de BIC sin esperar a la tramitación del plan con el que el Ayuntamiento pretende regular los usos y condiciones del espacio para evitar tener que solicitar permiso del Consejo de Patrimonio para cada actuación. No evitará en cambio tener que realizar pequeñas obras en la zona para dotar de servicios las nuevas instalaciones.

Al Ayuntamiento le ha costado más de lo deseado cumplir uno de los compromisos más reiterados por el alcalde. La junta de gobierno hizo varios intentos, el último en octubre pasado, para que la persona que explotaba la vetusta caseta retirase la construcción, con advertencia de que el Ayuntamiento lo haría de forma subsidiaria si se negaba a ello. Lo reclamó con profusión de informes. La Concejalía de Interior señalaba que no existía concesión que autorizase la caseta, aunque admitía que el Ayuntamiento todos los años le cobraba las tasas correspondientes por «utilización privativa o aprovechamiento especial de dominio público». Parques y Jardines apuntaba «el estado del aguaducho es de absoluto abandono», que «supone un peligro para los usuarios» y consideraba «razonable su demolición inmediata». No hacían falta. La mujer que explotaba el establecimiento presentó un escrito de alegaciones en el que notificaba que ya había procedido a la retirada de todos los enseres existentes de la caseta, pero «no así su estructura, que es propiedad del Ayuntamiento».

Investigación

La afirmación obligó a iniciar una investigación. Parques y Jardines confirmó que no había instalado la caseta ni asumido nunca su mantenimiento y que esta no constaba en el Inventario de Bienes del Patrimonio Municipal. Ante las dudas, se giró oficio al servicio de Edificios, del que, en su momento, dependía el taller de Carpintería del Ayuntamiento. Tampoco constaba «documentación alguna», pero «consultados verbalmente los trabajadores de mayor antigüedad del servicio», según reza el informe, antes de matizar que «de hecho es el único trabajador que queda» de aquel taller, este confirmó «haber participado en los trabajos de construcción del aguaducho y en su instalación». O lo que es lo mismo, es municipal y será la administración local la que tenga que retirarlo. El Ayuntamiento incluirá su eliminación en el nuevo contrato.