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ÁLEX PIÑA

«Queríamos volver a casa pero no podemos. Estamos sin luz y sin gas y todo lleno de barro»

Siete vecinos de Trubia pasaron la noche fuera de sus casas por culpa de las inundaciones, de los que cinco siguen desalojados y tardarán en recuperar la normalidad

ROSALÍA AGUDÍN

Oviedo

Lunes, 11 de junio 2018, 17:57

Trubia vivía hoy la resaca a la inundaciones que se produjeron el domingo por la tarde. Los operarios de la limpieza se apresuraban a limpiar todo el lodo y resto de materiales que llevó consigo el agua y los vecinos desalojados se recuperaban del susto. En total, fueron siete trubiecos los que tuvieron que abandonar sus viviendas. Cinco son habitantes de la calle San Francisco y la otra habita en el número 96 del Barrio de Cataluña.

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Todos ellos se intentaban recuperar esta mañana del susto y Octavio Fuertes, habitante del número 56 de la calle San Francisco, urgía al Ayuntamiento que tomase medidas ante el argayo que se formó en la finca de al lado de su casa. «Lo que deben hacer es construir una canalización en el camino del Monte Nalón y después se debe levantar un muro encima de las casas para evitar que esta situación se vuelva a repetir», comentaba después de que los técnicos regionales le obligasen ayer por la noche a abandonar su casa y fuese realojado en un hotel. Su intención para esta noche es volver a casa.

A su vera se encontraba Daniel Fernández. Es el propietario de la casa 52 de la vía San Francisco y esta mañana comentaba que tenía toda su casa llena de lodo. «Por todos los lados hay barro y la única solución que vemos es sacar todos los muebles para limpiar el suelo con agua a presión», relataba después de que él y su mujer durmiesen en casa de sus padres y sus dos hijos pasasen la noche en la vivienda de sus suegros. «Queríamos volver a casa pero no podremos. Estamos sin luz y sin gas y todo lleno de barro», añadía.

En el Barrio de Cataluña, Loli Segovia recogía esta mañana algunos objetos personales para llevarlos a casa de su hermana. Ella salió de su casa a las cuatro de la tarde de ayer con lo puesto y da gracias a Dios de que no le haya pasado nada. «Si no llega a romper el muro, el agua habría llevado la casa conmigo dentro», recordaba. Asimismo, explicó que no volverá a dormir en su casa hasta que la situación se normalice.

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