Una vida en imágenes
Es abogada y presidenta del Rotary Club, al que pertenece desde los 16 años. Sus vivencias la han llevado a recorrer medio mundo con proyectos solidarios. Empática, sonriente, despistada, decidida, cercana y formal trabaja mucho y cuando no lo hace camina, lee y es muy gourmet
Ordenada, constante, despistada, sonriente, empática, viajera, cercana, formal y con una mirada franca que desarma al interlocutor, principalmente, por el convencimiento con el que defiende ... o expone sus argumentos. Tiene un toque de ingenuidad y pudor que, sumado a su insultante juventud, ha ganado los corazones de los miembros del Rotary Club de Oviedo que la han elegido como presidenta hace pocas fechas en una cena de gala en la que el anterior rector del club realizó el 'cambio de collares' con ella, símbolo de la presidencia del club.
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La vida de Elisa Costales (Gijón, 1996) está muy ligada, como los rotarios, al servicio a los demás. Su relación con Oviedo es tardía, si se puede decir tardía por haber venido a estudiar la carrera (Derecho y ADE) a Oviedo pero, desde luego muy intensa, pues desde los 16 años es 'rotaria' y ha dado la vuelta a medio mundo en colaboraciones humanitarias, siempre con el sello del club cuya labor no es nada desdeñable, al contrario.
Estudió la carrera «con unas cuantas matrículas de honor» aunque siendo empollona no dejó de salir por la ciudad para conocerla. «He sido bastante formal y no puedo alardear de fiestera pero no perdonaba los viernes por el casco antiguo ni las cervecitas de los jueves. Eso sí, siempre ha habido novios en mi vida y creo que este que tengo ahora será el último».
Se licenció en Derecho y ADE y recuerda que «en aquellos años hice muchos viajes de intercambio, voluntariados internacionales en Alemania, Marruecos, Túnez o Egipto. En uno de esos viajes conocía a mi amiga hindú Lathasa, me fui con ella a la India y allí tuve la oportunidad de conocer el país de verdad porque nos metimos en un voluntariado en Madhya Pradesh», un estado indio pobre donde el trabajo de voluntariado valía y vale su peso en oro.
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«Todo ello gracias al Rotary Club donde entré a los 16 años, lo que me ha dado un alto nivel de implicación social y muchos amigos en todas partes del mundo. Es muy enriquecedor tener amigos de diferentes culturas».
Trabaja en una empresa gijonesa aunque vive en Oviedo desde hace ya años y cuando no trabaja, que no es mucho tiempo el que tiene libre, se dedica a la gastronomía «no soy buena cocinera, pero sí gourmet y cuando abren un restaurante nuevo siempre me encanta ir a probar. El último que he probado ha sido 'La vaca asustada' y espero probar pronto 'Nocletto', el último italiano de la ciudad».
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También practica un deporte que para muchos no es deporte pero que más o menos todo el mundo practica, el senderismo, es decir, el caminar de toda la vida. «Hacía mucho deporte, pero lo he ido dejando según ha aumentado la carga de trabajo y las responsabilidades».
Pero entre trabajo y responsabilidad también hay un poco de tiempo para otra pasión, la lectura. Elisa Costales es devoradora de libros como su incansable gusto por saber y conocer. Estos días mata su tiempo al sol con 'El Juicio', de Clifford Irving. Mientras se implica.
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