Perritos, hamburguesas, piruletas de cachopo y bocatas, la dieta de San Mateo

Cuando el tiempo respeta los fines de semana es fácil encontrar a multitud de ovetenses paseando por sus calles y sentados en sus terrazas. Pero si la climatología es favorable y, encima, es San Mateo, el ambiente es totalmente festivo. Muchos fueron los ovetenses que aprovecharon el domingo para salir a comer y tomar el vermú en las diferentes casetas hosteleras de la ciudad. «Presta por la vida salir a comer en San Mateo», comentaba Mercedes García quien, junto a su marido, Fernando Jáñez, no se han perdido el aperitivo en el paseo del Bombé ni un solo día desde el pasado lunes. «Venimos a tapear con unas cañas y unos vinos», aseguraban. Y eso les convierte en casi expertos del menú mateíno.

«Hemos probado de todo: patatas con queso y bacon, hamburguesas, perritos, bocadillo de jamón, una piruleta de cachopo...», enumeró García. Y todo «buenísimo», con unos precios «normales» para una época de fiesta. Este matrimonio confiaba que «la lluvia no estropee el ambiente», como ocurrió durante la tarde del viernes pasado. «Mientras haga bueno, aquí vendremos estos días de fiestas».

También en el Bombé, Ana de Carlos y Cristina Berros pidieron unos nachos con guacamole para acompañar sus vermú. «La comida está muy rica, pero lo mejor es sin duda el ambiente para venir a 'vermutear'», comentaron estas amigas. Los hosteleros Agustín Menéndez y Rosanna Rey no pararon en todo el día de atender y preparar hamburguesas, patatas, nachos y tequeños. «Viene gente a comer todos los días, las hamburguesas son el gran reclamo», aseguró Rey. Eso sí, las cenas siguen superando a las comidas, a pesar de que ayer a la hora de comer pudiera parecer que no entraba ni un alfiler en la zona.

También la plaza de Porlier estaba «hasta arriba» de gente disfrutando de las cañas, la sidra y el vino, acompañándolo de sus comidas favoritas. Jesús Moreno llevaba a su mesa con amigos, al menos, siete bocadillos de calamares. «Fuimos a lo tradicional, y está todo muy rico», aseguraba. Además, en la mesa, varios chorizos criollos con patatas esperaban a ser devorados por este grupo de colegas.

La plaza de la Catedral también mostró una imagen de aforo completo durante el día de ayer. La gente quiso probar los perritos calientes, las hamburguesas y los nachos de las casetas. Guillermo Velat vendía sus productos como «lo mejor de lo mejor» ante la clientela. «Como producto más vendido, diría que son los perritos, por aquello de que nos gusta mucho todo lo yanqui», comentó, entre risas. «También el bocadillo de lomo, con producto de carnicería de barrio, gusta muchísimo», explicó. «Cada día hay muchísima gente comiendo y tomando alguna caña por aquí».

Para la mayoría de los ovetenses, los precios de las casetas son «normales». Ni barato ni caro. Al menos, para ser en época de fiestas. «Me parece que está bien fijado el precio, lo esperado», comentó Cristina Berros. «Muy parecido a lo que cuesta en los propios bares».