Más de setenta años sobre cuatro ruedas para recorrer los valles del Caudal y el Nalón

Es obligado que las fiestas de Tudela Veguín tengan en su penúltimo día como protagonista a los coches clásicos. En la mañana de ayer se celebró la octava edición de este encuentro organizado por Alfredo Rodríguez, quien destacó que esta concentración es una «tradición» que anima la localidad tras una noche de mucha celebración.

Los vecinos observaron durante dos horas estos vehículos aparcados en una explanada junto a las vías del tren –y en momentos abrieron el paraguas–. Los coches más observados y que más impresión causaron fueron los más antiguos, que se mantienen como el primer día: «En los inscritos hay vehículos de 1948, 1952 y 1953». Desde Toledo, por ejemplo, viajó un Citröen 11 ligero. No faltaron los Seat 600 en diversos colores como el azul claro, rojo y gris e históricos Mercedes. Hay quien no dudó de revisar el estado del motor de estos históricos coches que a la una de la tarde comenzaron una ruta por los valles del Caudal y del Nalón. «La autovía no la podemos pasar y fuimos por Langreo, Mieres y Tudela Veguín» donde les esperaba una comida elaborada por La Allandesa consistente en pote, buñuelos de merluza, arroz meloso con costillas y tarta de chocolate.

Con los postres también llegó la entrega de los cuatro premios y a lo largo de la mañana también se celebró en la iglesia de Tudela Veguín la misa en honor a los Santos Patronos en la que tuvieron un sentido recuerdo hacia los fallecidos de la Sociedad de Festejos de Tudela Veguín (Sofetuve). Por la noche, música con Dúo Eleven y DJ Masid.

Hoy será el último día de estos festejos que hace ocho años que se recuperaron y lo harán con otras dos de sus tradiciones. Desde las doce hasta las cuatro de la tarde tendrá lugar el reparto de bollos y botellas de sidra. Por la tarde, a las seis, será la jira campestre en el Parnés con el desfile amenizado por la charanga La última y nos vamos y la Real Banda de Gaitas Ciudad de Oviedo.