Una sonrisa muy de Harvard
Catedrática de Filología Inglesa ha sido directora del Instituto Cervantes en la Universidad norteamericana. Ordenada y perfeccionista; ha pasado media vida profesional entre Oviedo, Inglaterra y Estados Unidos. Ama el teatro y nunca le será infiel a Bach
Organizada, cuadriculada y perfeccionista. Ha sido empollona aunque le cueste reconocerlo. Trabajadora sin fatiga, resolutiva y creativa aunque «hasta la pandemia pensaba que no lo era, pero el estar encerrada en casa me enseñó a ser creativa a la hora de trabajar y vivir». Melómana, habla tres idiomas, el inglés perfectamente, y de música «por encima de todo me quedo con cualquier cosa de Bach». Ha sido directora del Instituto Cervantes en Harvard, ahí queda eso, en lo que se llamó 'Observatorio de la Lengua Española y las culturas hispánicas en Estados Unidos', un proyecto que lanzó en su día Víctor García de la Concha. Ese trajín le supuso cinco años de su vida (2019-2024).
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Tiene unos ojos grandes y claros que ofrecen una mirada limpia. Además es la propietaria de una sonrisa bonita, cercana y que luce a la mínima oportunidad. Ovetense de las que se fue y volvió, varias veces, ahora ofrece todo lo que ha aprendido por el mundo a sus alumnos en la Universidad de Oviedo.
Marta Mateo Martínez de Bartolomé (Oviedo, 1963) es doctora y catedrática de Filología Inglesa y es la dueña de un curriculum extenso y con mucho peso. Ella es uno de esos lujos que tiene la Universidad de Oviedo. Nació en el Sanatorio Miñor, pero rápidamente se trasladó a El Ferrol porque su padre, Ceferino, tenía una empresa allí. En la localidad gallega vivieron su padre, su madre (Mari Luz) y sus cinco hermanos, «yo soy la segunda de seis» hasta que en tercero de BUP regresó a la patria querida aunque sólo un año porque el COU lo cursó en Londres en un instituto «que había fundado Fraga».
Recuerda que su gran vocación fue siempre enseñar. De hecho, «le daba clase a mis muñecas en la cocina de la casa de El Ferrol y a mi hermana Bea la enseñé a leer».
Fue Premio Fin de Carrera, por eso lo de empollona aunque no termine de gustarle y «conseguí un puesto de lectora en la inglesa Universidad de Bath gracias a la profesora Patricia Shaw» que también le inoculó la pasión por el teatro. También la danza contemporánea, los idiomas. «El francés lo estudié en la Alianza Francesa y aunque ahora lo tengo un poco oxidado puedo leer en francés y he leído a los clásicos franceses y artículos de investigación». Reconoce que su estancia en Harvard la ha marcado mucho tanto profesional como personalmente. «Me he traído de allí las experiencias más enriquecedoras de mi vida». De hecho en Estados Unidos pasó la pandemia.
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Casada con Ramón y sin hijos asegura que le gusta mucho ir a la montaña. El yoga ayuda a su paz interior como también lo hace la lectura. Ahora mismo en su mesita de noche hay una novela inglesa 'My name is Lucy Barton', de Elizabeth Strout, y preparada 'Tratado culinario', de Héctor Abad Faciolince. «Intento leer una novela en inglés y la siguiente en español».
Marta Mateo disfruta siendo ordenada y trabajadora pero siempre escudada en una amplia sonrisa nunca impostada. Vive con sus libros, sus idiomas y la música de Bach. Respira calma.
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