«Las trabajadoras sexuales estamos desprotegidas»

El BOPA recogió ayer la constitución de la mesa técnica para el desarrollo de la estrategia asturiana para la abolición de la prostitución y la trata con fines de explotación sexual. Se trata del primer paso del Gobierno del Principado para luchas, según entiende el Ejecutivo del socialista Adrián Barbón, «contra las formas de la violencia sexual más invisibilizadas». Sin embargo, a las prostitutas -a aquellas autodenominadas trabajadoras sexuales- las tienen enfrente. «Las normativas que están viniendo nos persiguen a nosotras y a las que nos queramos mantener en la actividad nos obligarán a la clandestinidad y a sufrir una doble vulnerabilidad: estamos desprotegidas».

Así lo expone la trabajadora sexual y abogada ovetense Lucía Fernández. La explicación es sencilla. «Si estamos escondidas, somos más vulnerables a ataques como el que ha sufrido Tatiana y al peligro, en definitiva». ¿Por qué? «Avanzando en ese camino que pretenden es la forma en la que conseguirán que tengamos menos derechos porque si no es el Estado el que nos protege, nos empujan de nuevo a esa otra parte de la prostitución que depende de terceros como empresas o proxenetas», denunció con vehemencia.

Tatiana Coinac, por ejemplo, era lo que se conoce como una 'escort' independiente y atendía sola en su piso. «Nos sentimos desprotegidas», reitera la trabajadora sexual; «y si este hombre anda suelto», más.

¿Cuál es la solución? «Protegernos», resume. «Que las instituciones nos protejan como prostitutas, no que protejan que no trabajemos, y ofrecer alternativas dignas a la prostitución que no conlleven devolver a las mujeres a limpiar portales».