Trubia reclama a Santa Bárbara «contratación local» para impulsar la recuperación económica
Los negocios advierten que la localidad «está muerta» y que vive solo del «consumo de los vecinos», no de los operarios de la factoría
ALBERTO ARCE
OVIEDO.
Sábado, 24 de octubre 2020, 00:53
La villa de Trubia quiere ser lo que un día fue, un microcosmos industrial en la parte central de Asturias donde la actividad fabril de las tres grandes compañías asentadas en la zona (Santa Bárbara Sistemas, Industrias Doy y Química del Nalón) conviva y beneficie directamente a la pequeña economía local. Y tiene capacidad para conseguirlo. Con la firma del contrato del VCR 8x8 Dragón entre el Ministerio de Defensa y Tess-Defence (la sociedad liderada por la filial española de General Dynamics, Indra, Sapa y Escribano) para la construcción de 348 blindados por 2.100 millones de euros, la localidad verá reforzada su carga de trabajo para una década.
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No obstante, los propietarios de comercios y negocios de hostelería que viven alrededor y casi «completamente ajenos» a la fábrica de armas, no confían en que la construcción del blindado estrella del Ejército de Tierra y el aluvión de contrataciones que conlleva vayan a ser capaces de generar flujo de gasto en la villa cañonera. Por eso, piden a la compañía «un esfuerzo a la hora de realizar contrataciones locales» para afianzar la recuperación económica del pueblo.
Así lo manifestó, en declaraciones a este diario, el propietario del Bodegón de Trubia, Iván García, al exponer que si bien el nuevo contrato «va a venir de perlas para este barrio de Oviedo» y que Santa Bárbara es «un emblema del pueblo que no se puede dejar morir», «la fábrica de armas debería intentar tener más en cuenta a la gente de aquí, a los vecinos, porque es ese el trabajador que va a gastar su dinero en mi bar, en la zapatería y en la tienda de comestibles de la esquina», aseveró.
«Entiendo que la gente del pueblo, solo por serlo, no tengan que ser necesariamente especialistas en lo que la fábrica requiera, pero estaría muy bien que lo intentasen», argumentó a su vez la esposa de García y copropietaria del bar, Alexia Ortuño. Y puso como ejemplo la política de Industrias Doy de «dar preferencia» a los vecinos, «una empresa del pueblo que echa una mano a los residentes», celebró.
Sin embargo, a día de hoy los comercios y locales hosteleros no notan el influjo de la factoría en sus ventas. En primer lugar, «porque la mayoría de los trabajadores de la planta ni siquiera viven en Trubia», apuntó el dueño de la sidrería El Bosque, César Franco. En segundo, «porque apenas vienen a los negocios a hacer gasto». «La firma del contrato es algo bueno, claro que lo es, pero aquí no va a repercutir en casi nada», vaticinó Franco, antes de admitir que en este tiempo «el pueblo está completamente muerto y sobrevive gracias al consumo de los vecinos».
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Solo con el milmillonario encargo, la plantilla de la fábrica de armas crecerá hasta los 900 empleados en 2023 (desde los poco más de 600 actuales), más otros 4.500 trabajadores entre indirectos e inducidos en la industria auxiliar. En cifras, el 8x8, contrato firmado a finales de agosto, garantiza a Santa Bárbara un beneficio del 9,15% sobre el total de la facturación. Esto es, y desligado de los 733 millones que representa el programa para la firma asentada en el valle, 67,06 millones (más IVA) por la fabricación de uno de los vehículos de características más avanzados de Europa.
«Como vecinos», relató el propietario del centenario negocio Casa Pepito de la calle de El Vasco, José Ángel García, «estamos encantados con que haya trabajo»; pero como empresarios, lamentó, «sé que no voy a vender un par de zapatos más por mucho que el 8x8 se construya aquí». «En lo único que notamos que la fábrica aumenta las rachas de producción es en que deja de haber aparcamiento en todo el pueblo».
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Algo parecido ocurre en el sector de la alimentación. «Los trabajadores no hacen vida en el pueblo», confirmó la dueña de Tierra y Mar, Belén González. «Yo, al menos, no conozco a ninguno que venga a este establecimiento a hacer la compra», reiteró.
Al otro lado de la calle, mientras tanto, habla del futuro con más «positividad» la dueña de la confitería El Vasco, Begoña Suárez. «Todo lo que sea trabajo en Trubia es bueno para todos, a más empleo mejores expectativas de vida para todos, porque aunque se note poco en las ventas puede atraer más gente al pueblo», explica la confitera.
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Una FP «específica» en la villa
Con todo, muchos de los jóvenes de la villa no tienen la formación necesaria para optar a alguno de los más de trescientos empleos que ofertará la factoría durante los próximos tres años. Y es que desde la desaparición de la Escuela de Aprendices hace ya treinta años, Trubia se ha quedado coja en ese aspecto. Por eso, los vecinos, encabezados por el presidente de Trubia se Mueve, José Luis Álvarez Casillas, han vuelto a solicitar a las administraciones la creación de una escuela de Formación Profesional (FP) dual con titulaciones «específicas» que sea capaz de nutrir de empleos la fábrica de armas, «contrataciones locales para que el 8x8 repercuta realmente en la localidad».
Es más, aseguró el vecino, «cuando Santa Bárbara comenzó a anunciar nuevas contrataciones de personal, empecé a reunir currículos de jóvenes de la zona», explicó. «Recibí 114, pero solo 3 cumplían los requisitos para entrar», adelantó. Por eso, con una nueva oferta de titulaciones, «la gente del pueblo podrá conseguir un trabajo y los que no lo son podrán acabar comprándose un piso aquí y darle vida», concluyó.
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