Exposición: «El amor a lo bello. Arte rural en Asturias, 1780-1980» en el Muséu del Pueblu d'Asturies, Gijón

Hoy, viernes 25, se estrena en el Muséu del Pueblu d'Asturies una exposición donde se muestra una selección de objetos decorados que permite conocer cómo los campesinos compaginaban lo útil con lo bello. Además ofrece una visión general de las expresiones artísticas de la época, lo que permite hacer una reflexión sobre las características del arte popular que aplicaba la sociedad rural asturiana en múltiples utensilios.

En el museo se muestran 169 objetos decorados, hechos con madera (arcas, madreñas, jarras, gaxapos, herramientas de carpintero, jamugas, instrumentos musicales, etc.), cerámica y loza; asta (cuernas de ordeñar, gaxapos, etc.); hierro (picaportes, llamadores); fibras textiles (colchas de cama, alforjas) y cuero (silla de montar).

Todos ellos forman parte de una expresión artística común a todo el mundo campestre europeo, y es que desde la prehistoria las sociedades humanas han tenido la necesidad de rodearse de objetos embellecidos con diferentes motivos decorativos. Son utensilios de uso cotidiano a los que se ha aplicado un arte con el fin de distinguirlos.

Antes la vida y las viviendas eran muy austeras y limitadas a lo imprescindible para subsistir, pero ello no fue impedimento para que se desarrollase un arte aplicado a numerosos objetos. Los artesanos han decorado toda clase de herramientas y utensilios haciendo uso de la maestría adquirida en sus oficios. Eran carpinteros, herreros, tejedoras, alfareros, guarnicioneros, pastores y canteros: personas habilidosas que buscaban la belleza tanto decorando sus producciones como buscando las proporciones adecuadas en los objetos que fabricaban.

Además, en otros espacios y exposiciones del museo pueden verse más objetos pertenecientes a este arte rural, así como los hórreos y paneras decorados de los siglos XVI al XIX, que son una de las mayores expresiones de este arte aplicado.

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