Las disputas internas de Foro amenazan con la ruptura del grupo parlamentario

La guerra interna de Foro llega a todas sus extensiones. Desde que en las pasadas elecciones autonómicas y municipales el partido viviese los peores resultados de su historia, con la pérdida del grupo parlamentario que luego recuperó merced a un acuerdo en la Junta, y la cesión de su principal bastión, Gijón, la formación nacida en 2011 al calor de la vuelta a Asturias de Francisco Álvarez-Cascos vive tiempos convulsos. Las diferencias de criterio sobre la dirección a tomar han sido constantes y desembocaron en movimientos internos que han cambiado los equilibrios de poder y que amenazan la estabilidad del grupo parlamentario.

El pasado 12 de noviembre la presidenta del partido, Carmen Moriyón, dio entrada en la Comisión Directiva a tres nuevos integrantes afines a sus posturas. Aunque no era suficiente para tener el control del partido, la respuesta de Álvarez-Cascos fue presentar su dimisión como vicepresidente de la formación, aduciendo la intención de la nueva ejecutiva de traicionar los postulados sobre los que nació el partido, haciéndolo girar hacia posiciones de apoyo al PSOE. Un movimiento que los afines a Moriyón interpretan como un intento del fundador de la formación de provocar una revuelta en el partido para mantener el control político y hacerse también con el económico, más después de que el pasado mes de junio dejase de percibir un sueldo de Foro. El pasado sábado el reparto de fuerzas acabó de caer del lado de Moriyón, que suspendió, esgrimiendo argumentos legales, a tres directivos afines a Cascos haciéndose con el dominio de la formación.

El movimiento de la presidenta llega en un momento de máxima tensión para todos los partidos: la negociación de los presupuestos autonómicos. El pasado jueves el secreario general y portavoz de Foro en la Junta lideró la representación del partido que se entrevistó con el PSOE como primera toma de contacto para la negociación presupuestaria. A esa reunión no acudió su compañero en la Junta, Pedro Leal, que cargó duramente contra la decisión de que los tres alcaldes con los que cuenta el partido, próximos a las tesis de Moriyón, hubieran sido invitados a la cita.

En el seno de la formación hay quien interpreta la presencia de los regidores como un guiño a facilitar la aprobación de los presupuestos del PSOE con, entre otras concesiones, la inclusión de inversiones para los concejos donde gobierna Foro. El mensaje de Pumares, no obstante, fue claro al término de la reunión: las posturas entre ambos partidos están muy alejadas y no contemplan renunciar a las rebajas fiscales que incluyeron en su programa y que llevan defendiendo toda la legislatura.

Pero el temor entre los casquistas a que el partido gire a la izquierda aprovechando su posición de llave en el Parlamento regional es intenso. El grupo parlamentario está dividido, con Adrián Pumares cerca de Moriyón y Pedro Leal defendiendo las tesis de Álvarez-Cascos. La intensidad de la lucha interna que se está viviendo, con todas las voces autorizadas del partido posicionándose en uno u otro bando, extiende la idea de que las posturas son irreconciliables, sin descartarse la hipótesis de que llegue a romperse la disciplina de voto si la nueva dirección impone una línea que no convenza al sector afín a Álvarez-Cascos.