La ministra asturiana María Luisa Carcedo sale del Gobierno

María Luisa Carcedo se cae del nuevo Gobierno de coalición. La ministra asturiana, nacida en 1953 en la parroquia de Santa Bárbara, en San Martín del Rey Aurelio, se puso al frente de la cartera de Sanidad, Consumo y Bienestar Social en septiembre de 2018 para sustituir a Carmen Montón, después de que la política valenciana dimitiera al conocerse que había cometido irregularidades en el máster que cursó en la Universidad Rey Juan Carlos. Ahora, después de dieciséis meses en el cargo, nueve de ellos en funciones, deberá ceder el testigo.

Pedro Sánchez no cuenta con ella para esta nueva etapa de Gobierno de coalición con Unidas Podemos en el que este ministerio perderá buena parte de sus competencias. Aunque Sanidad se mantiene entre las áreas que dirigirá el PSOE, las políticas de carácter social y de consumo entran en el cupo de Unidas Podemos. Las primeras serán asumidas por Pablo Iglesias bajo el paraguas de una de las cuatro vicepresidencias del nuevo Gobierno y las relacionadas con Consumo, con ministerio propio, por Alberto Garzón.

María Luisa Carcedo, médica de familia y especialista en la gestión de recursos sanitarios públicos, dejó un amplio legado en materia sanitaria pese al poco tiempo en el cargo y las condiciones de interinidad en las que estuvo. No tanto, le reprochan desde el tercer sector, en materia social. La socialista de familia minera, con una amplia carrera política, sacó adelante numerosos proyectos, desde un plan contra la pseudociencia hasta terapias avanzadas contra el cáncer.

Durante su mandato desplegó una intensa actividad con una agenda que a diario incluía uno o dos actos y con la convocatoria de siete Consejos Interterritoriales de Sanidad, lo que significa que se ha reunido con los consejeros autonómicos del ramo una vez casi cada dos meses. Solo quince días después de llegar al Paseo del Prado, donde se encuentra la sede del Ministerio, Carcedo dejó claro que su prioridad iba a ser devolver la sanidad universal. La asturiana no ha podido ver cómo el acceso a la atención sanitaria de los inmigrantes irregulares se concretaba en una ley al quedar paralizada su tramitación parlamentaria por el adelanto electoral, aunque, como ha repetido en numerosas ocasiones, la sanidad universal está garantizada con un real decreto del Gobierno aprobado en septiembre de 2018 que estaba llamado a ser transitorio.

Otro de sus objetivos claros fue la lucha contra las pseudoterapias y para ello planteó, junto al ministro de Ciencia, Pedro Duque, un gran plan para frenar las técnicas que no hubieran demostrado evidencia científica. A principios de febrero de 2019 se anunciaron las primeras 73 terapias que ya han pasado a calificarse directamente como pseudocientíficas y se están revisando a otras 66, entre las que se encuentra la homeopatía.

Quien fuera diputada en la Junta y consejera de Medio Ambiente y Urbanismo en Asturias, pero también diputada nacional y senadora, presume también de haber sacado un plan para abordar las terapias avanzadas, que ha supuesto la incorporación al sistema sanitario de las CART, una inmunoterapia dirigida a combatir determinados tipos de linfomas y leucemias. Carcedo, además, ha incluido en la financiación pública la Profilaxis Preexposición (PrEP), un fármaco que previene el contagio por VIH, y, a partir de este 1 de enero, dos medicamentos para dejar de fumar, que pueden beneficiar a casi 84.000 personas. Su rechazo frontal a la gestación subrogada ha caracterizado también su mandato.

En el área de Bienestar Social, se ha preocupado especialmente por los inmigrantes menores no acompañados (Menas) y ha dejado en proyecto la creación de centros de primera acogida y un sistema de distribución de estos niños entre comunidades autónomas para mejorar su atención.

Con la marcha de Carcedo podrían caerse también del departamento otros dos asturianos que han acompañado a la ministra en esta andadura: Faustino Blanco, secretario general de Sanidad y Julio Bruno, jefe de gabinete de esta área.