Adriana Lastra.

El PSOE cierra con el BNG un acuerdo que garantiza su voto a favor en la investidura

Ambas formaciones firman esta tarde en el Congreso el acuerdo por el que se garantiza el apoyo del diputado nacionalista

europa press

Viernes, 3 de enero 2020, 19:12

El PSOE ha cerrado este viernes un acuerdo con el Bloque Nacionalista Gallego (BNG) por el que se garantiza el voto a favor de su diputado en el debate de investidura del candidato, Pedro Sánchez, ha anunciado la formación socialista.

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Con el apoyo del BNG, Sánchez cuenta con 167 apoyos amarrados frente a 164 votos en contra, por lo que se asegura superar la segunda votación del debate, el martes, 7 de enero. La portavoz parlamentaria del PSOE, Adriana Lastra, firmará a las 20 horas en el Congreso de los Diputados el acuerdo con los representantes del BNG.

A día de hoy, Sánchez contaría con el 'sí' prácticamente seguro de los diputados de su propio partido (120), de los parlamentarios de Unidas_Podemos (35), los del PNV (6) y los 'errejonistas' de Más País (2), más los referidos de Compromís (1), Nueva Canarias (1) y Teruel Existe (1). Una suma total de 166 votos que lo alejan por diez de la mayoría absoluta necesaria para ser investido en la primera votación, que se celebrará este domingo, en plena víspera de Reyes.

Con el 'no' del Partido Popular (89 diputados), de Vox (52), Ciudadanos (10), JxCat (8), la CUP (2) y Navarra Suma (2) –coalición formada por populares y Ciudadanos para concurrir en la Comunidad Foral­– y PRC (1), se alcanzarían los 164 votos en contra. Este resultado, empero, permitiría a Sánchez convertirse en presidente en última instancia siempre que el resto de fuerzas que todavía no han decidido su postura se abstuvieran en la segunda votación, que se celebrará 48 horas más tarde que la primera, es decir, el martes 7 de enero, y en la que solo será necesaria una mayoría simple: más 'síes' que 'noes' de los 350 parlamentarios que componen la Cámara baja.

Sin más movimientos –Coalición Canaria podría desplazarse al no– y después de que el BNG haya decidido no votar en contra, la victoria de Sánchez sería de las más ajustadas en la historia de la democracia española, aunque suficiente ya que su investidura saldría adelante por solo dos votos de diferencia (166 votos afirmativos contra 164 negativos).

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El PSOE tiene aseguradas las abstenciones necesarias de los cinco diputados de Bildu y los trece de Esquerra. Unas negociaciones que fructificaron el 30 de diciembre y que arrancaron a los de Sánchez el compromiso de una mesa de negociación entre el Gobierno central y la Generalitat de Cataluña, de forma bilateral, además del reconocimiento del conflicto político y la activación de la negociación para resolverlo, como aparece registrado en el documento que ambos partidos hicieron público el jueves por la tarde.

Un voto neutro que nunca fue tan difícil de conseguir y que hace recordar a Sánchez con nostalgia el escenario político del verano, cuando el propio Gabriel Rufián, portavoz de los soberanistas en el Congreso, prácticamente había regalado la abstención de los 15 diputados de su formación (su máximo histórico en Madrid) durante el anterior intento de investidura. Pero entonces el Tribunal Supremo aún no había sentenciado por sedición y malversación a su líder Oriol Junqueras en el juicio del 'procés', lo que enfangó aún más el terreno de juego político.

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Del resto de formaciones, la postura del diputado del PRC, José María Mazón –único parlamentario no socialista en apoyar a Sánchez en la investidura fallida de julio– ha pasado del 'sí' rotundo al 'no' tras conocerse los puntos del pacto entre PSOE y ERC. Miguel Ángel Revilla, presidente de Cantabria, celebraba en noviembre que era «más importante tener una representación influyente en Madrid que la presidencia» de su región, y arrancó el compromiso de la licitación de los tres tramos del ferrocarril de Palencia a Alar del Rey.

Pero ahora, con un tono más sombrío, sostiene que no permitirá que su parlamentario apoye la investidura. Mazón justifica esa postura porque califica el polémico documento como «inasumible» por «muchas razones», entre ellas porque «ya no nombra para nada ni la Constitución ni el respeto constitucional».

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