La tensión en el Congreso se traslada a los partidos políticos en Asturias

La respuesta a estas acusaciones de «radicalización» llegaron ayer desde la FSA-PSOE por boca de su secretaria de Relaciones Institucionales, María Martín. Esta puso como ejemplo el bloqueo del PP a la renovación del CGPJ y les afeó que «en vez de sembrar la polémica» deberían «arrimar el hombro».

Pero la líder de los populares asturianos, aprovechando el día de la Carta Magna, ahondó en ese mismo argumento. Durante su participación en un acto organizado por Nuevas Generaciones, Mallada insistió en que «es más importante que nunca esa defensa de la Constitución porque, por desgracia, a este PSOE radicalizado también pertenece nuestro presidente Barbón». La presidenta del PP regional cree que «tanto Adrián Barbón como Adriana Lastra, se escudan en que son una nueva generación para respaldar los ataques a la Constitución de Pedro Sánchez».

En este fuego cruzado entre socialistas y populares, el jefe del Ejecutivo regional optó por la dualidad en su discurso, que publicó a través de uno de sus perfiles en redes sociales. El presidente asturiano optó por reconocer los méritos pasados y el entente de los líderes políticos de hace 42 años, para contraponerlo a lo que, según su análisis, poco tiene que ver con lo que sucede a día de hoy. Un discurso con reproches, sin citar siglas pero que a buen entendedor pocas palabras bastan para concluir en qué dirección iban dirigidas. «Hoy, que vivimos el período más excepcional desde la guerra civil por la pandemia de coronavirus, sorprende que algunos partidos sigan sin entender que el consenso es necesario, que tenemos que recuperar aquella capacidad de acuerdo y salir adelante», apuntó Adrián Barbón. Si alguien no se quiso dar por aludido, lo pudo hacer por descarte, dado que el presidente regional puso expresamente a IU, Foro, Podemos y Ciudadanos, como ejemplo de ejemplo de diálogo en la región.

Sobre una idea similar profundizó la portavoz parlamentaria de IU, Ángela Vallina, quien recordó que la Constitución del 78 «puso fin a una de las etapas más negras y odiosas de España». Vallina señaló que «cuando parece que los mismos que pedían la abstención, o incluso la rechazaban, se pretenden erigir en los guardianes constitucionalistas, hay que exigirles que si de verdad se han convertido al constitucionalismo democrático rechacen de una vez por todas el franquismo que masacró personas, derechos y libertades».

También sin referirse a nadie, y también apelando al consenso, se expresó el portavoz de Foro, Adrián Pumares, para quien el 6 de diciembre «es día para alertar y luchar contra los intentos de unos pocos para acabar con el consenso que, con el esfuerzo de todos, se logró en el año 1978». El diputado forista insistió en que «quienes, como es mi caso, no participamos en alcanzar ese consenso ni tuvimos oportunidad de votar la Ley Fundamental, tenemos el deber de preservar ese consenso y garantizar el cumplimiento de la Constitución».

Por su parte, en Ciudadanos optaron por un tono más institucional, y mucho más comedido que otros discursos escuchados en el Congreso. Su coordinador autonómico, Nacho Cuesta, apeló «a la unidad, al consenso y al diálogo que proclama el texto constitucional, el único marco posible para garantizar la libertad».

Vox fue el único partido que le dio cierta oficialidad a la jornada en Asturias. Sacó banderas a la calle y organizó un acto de adhesión al texto de la Carta Magna «íntegro» en Oviedo. La cita, que congregó a varios centenares de personas, contó con la presencia del diputado en el Congreso, José María Figaredo, y el portavoz en la Junta, Ignacio Blanco, entre otros. Blanco aseguró que la Constitución «corre mucho peligro» porque «los enemigos de España, los que quisieron dividirla, los que usaron el asesinato y la extorsión, ahora más que nunca están en las instituciones».