«El arte debe salirse de lo formal y ocuparse de las personas»

–¿Hay un antes y un después de la pandemia en el mundo del arte?

–Lo más importante es que los artistas han tratado mucho el tema de la fragilidad de la sociedad. Luego, en cuanto a las maneras de consumir arte, lo 'online' era una parte residual y ahora ha llegado para quedarse. Conviviendo con lo presencial hace que cada vez más gente pueda acceder a la cultura.

–¿Pero vale la pena ver un cuadro en una pantalla?

–Cuanto más lo ves en una pantalla más te apetece verlo en realidad. Está claro que se puede ver en pantalla pero la experiencia en directo no es comparable a nada. Hay que ir a los museos, a las ciudades, conocer la obra de los artistas, es una experiencia sensorial, es cómo está montado, dónde está montado. La experiencia de la obra en directo es inigualable. Ahora, que ayuda que exista una foto o un 'streaming' es innegable.

–¿Todo este fenómeno que se está produciendo con los NFT es una moda pasajera o se va a quedar?

–Es como si planteas si el grabado es una moda pasajera, pues tuvo momentos más o menos importantes. El NFT es un soporte y como tal habrá obras buenas que permanecerán y otras que serán más causales y no permanecerán. Cada vez más nuestra vida está más en un dispositivo digital. En el móvil lo tenemos todo.

–¿Pero no mola más tener el arte fuera del teléfono?

–Por supuesto que sí, pero habrá un arte que se hará para tenerlo en el teléfono.

–No es el último romántico...

–Todo tiene su espacio, y hay un espacio para el arte en vivo, los museos, las galerías, las ferias, y habrá un espacio para el arte digital, y habrá quien prefiera consumirlo todo digitalmente. Hay quien consume libros de viajes y lo sabe todo de los sitios y no ha ido a Egipto, pero la experiencia de ir a Egipto es incomparable, pero también puedes ir a Egipto y tener una experiencia superficial. Hay que intentar compaginar el conocimiento que te puede dar lo digital con la experiencia en vivo.

–¿Hacia dónde va el arte? ¿Dónde vamos a estar dentro de 20 años?

–Ojalá yo supiera. Yo creo que va a ser un arte que se va a ocupar mucho del medio ambiente, de los problemas de la gente, de los problemas cada vez mayores en los que estamos entrando en esta sociedad, quizá la deshumanización de las máquinas, la destrucción del planeta y los océanos. El arte que tendrá trascendencia es que sale de lo formal y se ocupa de las personas, de la sociedad.

–O sea, más comprometido.

–Mucho más comprometido.

–Ya se está viendo, ahora con la guerra. Me ha venido al a cabeza Marina Abramovic y 'El artista está presente'.

–Sí, y ahora en Venecia acaba de haber una subasta y una exposición con obras de artistas apoyando a Ucrania, la fundación en la que yo trabajo, liderada por Francesca Thyssen, se dedica a obras con contenido social y medioambiental, las dos piezas que hemos presentado en Venecia están relacionadas con la preservación de los océanos. Yo creo que cada vez más el arte que interesará a la gente que ahora tiene 15 años es ese, el que se ocupa de los problemas de su tiempo, igual que el 'Guernika' se ocupaba de la guerra y el constructivismo de la Revolución rusa.

–¿Cómo es su trabajo en esta fundación?

–Apasionante. Estoy aprendiendo muchísimo. Se combina el arte con la acción social, entendiendo el arte como un motor de cambio para la sociedad. Hacemos proyectos de arte 'online' destinados a promover la igualdad y valores medioambientales. Tenemos un proyecto muy grande en Córdoba, en Venecia, y tenemos relación continua con el Thyssen de Madrid.

–¿Y cómo no se vienen a Laboral Centro de Arte? Francesca Thyssen ya estuvo por aquí.

–La exposición que hizo aquí, 'Pasajes', es mítica. Es una referencia para el resto de proyectos que hemos hecho. Estamos siempre buscando colaboraciones con instituciones, así que por qué no.

–¿Cómo ve Laboral?

–Es un proyecto maravilloso que merece encontrar su espacio, ser sostenible, tener el apoyo de las instituciones y el público y ojalá salga adelante bien reforzado y con actividad.