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Pintura del artista francés Jean-Léon Gérôme, del siglo XIX, que muestra a un eunuco en un harén.

¿Quiere vivir 20 años más?

Una investigación revela que la pérdida testicular y de la testosterona confiere a los eunucos una mayor longevidad

Fermín Apezteguia

Miércoles, 28 de enero 2015, 04:05

"Nuestro estudio confirma que las hormonas sexuales masculinas disminuyen la esperanza de vida de los hombres". Lo dice el investigador Kyung-Jin Min, de la Universidad Inha (Inchon), en Corea del Sur, que ha demostrado que los eunucos que trabajaban para los nobles coreanos llegaron a vivir hasta 20 años más que la media de la población, por encima incluso que sus señores. Las posibilidades de demostrar algo así a día de hoy resultan muy complicadas, tanto por razones éticas como por la supuesta falta de voluntarios para las investigaciones, pero todo apunta a que la pérdida testicular, y sobre todo, de la testosterona, favorecen el alargamiento si no de otras cosas de la vida.

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No se trata de una broma y tampoco de un estudio menor. El trabajo se publica en la reconocida revista científica 'Cell (Curren Biology)', especializada en las áreas de la biología molecular y celular, genética, neurobiología, ecología y biología evolutiva. Los autores del estudio se propusieron demostrar si la extirpación de los genitales masculinos permitiría, de algún modo, prolongar la vida de los hombres y en qué medida.

Estaban convencidos de que la respuesta tenía que ser positiva porque la experiencia con otros mamíferos demuestra que, efectivamente, los animales capados viven muchos más años; y además, más tranquilos, aunque este segundo aspecto no era el que los científicos pretendían examinar. Un corte a tiempo -se sabe- alarga la vida de los perros en torno a un 20%, lo que supone pasar de una media de 14 años a 17, que no está mal. Los gatos aprovechan mejor la cirugía y llegan a extender su existencia hasta en un 40%. Los resultados son incluso mejores en las hembras, ya que las gatas sometidas a castración -los veterinarios lo han comprobado científicamente- son hasta un 60% más longevas.

Este fenómeno tiene que ver con la testosterona, una hormona propia de los machos (tienen en su organismo más de un 10% más que las hembras) no sólo en los mamíferos, sino también en los reptiles, las aves y otros vertebrados. Su presencia favorece el desarrollo de los músculos, la densidad ósea, la fuerza; y también contribuye al desarrollo de los órganos sexuales, fundamentalmente el pene y la formación del escroto en el feto. Tiene, sin embargo, ciertas 'desventajas', como que favorece la generación de colesterol y, por tanto, de enfermedades cardiovasculares, también las de la próstata, la caída del cabello y empeora, además, la eficacia del sistema inmune. De ahí el interés del trabajo que se propuso el equipo coreano.

Eunucos por vocación

Los científicos decidieron analizar, con el mayor detalle posible, los datos conocidos de los eunucos que trabajaron para la dinastía Chosun, que gobernó Corea durante más de seis siglos, entre 1392 y 1910. Los nobles coreanos, según cuentan en su trabajo, albergaban en sus palacios sirvientes castrados a los que se encomendaban tareas relacionadas con las tareas del hogar y el cuidado de los niños. El personal se reclutaba entre varones que habían perdido sus genitales de manera accidental, pero al parecer también había quien se los cortaba de manera voluntaria para poder acceder en la corte a una vida más cómoda.

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Los científicos recopilaron una minuciosa información sobre 80 castrados, que reveló que vivieron entre 15 y 20 años más que sus contemporáneos. Tres de ellos sobrevivieron más de cien años, superando con mucho el mundanal tiempo de sus propios señores. Las posibilidades de los eunucos de llegar a ser centenarios eran 130 veces mayor que las de los hombres testículados. Ahora bien, el estudio no habla de calidad de vida, sólo de cantidad.

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