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En el río.Tamara, junto al Nalón, que este año se queda sin descenso. JUAN CARLOS ROMÁN

«El año que viene habrá que celebrar el doble»

Romerías. La cancelación de las grandes fiestas del verano hace que la folixa se reinvente para adaptarse a la situación y «mantener viva la llama» de la tradición

ANA RANERA

Lunes, 6 de julio 2020, 02:26

Este verano dejará recuerdos diferentes a los que habitualmente se graban en la memoria por estas fechas. Las fiestas de prau que cada año marcan el calendario y hacen girar en torno a ellas las vidas de miles de asturianos y visitantes no podrán celebrarse o, al menos, no como hasta ahora. Eso no quita para que los organizadores de las grandes citas populares de julio y agosto hayan puesto en marcha el ingenio para intentar sustituir sus romerías por algo de seguro inolvidable y, claro, con un formato adaptado a las circunstancias. Pero no será lo mismo.

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En el prau Salcéu de Pravia ya echan de menos hasta los nervios que provocan los preparativos del gran día del Xiringüelu, aunque para ellos la falta de su romería solo será un motivo más para acrecentar sus ganas para vivir la próxima con aún más intensidad. «El año que viene habrá que celebrar dos días», dice Adolfo Marcos, presidente de la cofradía del Xiringüelu y optimista por naturaleza. Él ve el vaso medio lleno y si este año se quedan sus paisanos sin fiesta, tendrán que hacer antológica la siguiente, qué menos.

Adolfo MarcosPresidente de la Cofradía de El Xiringüelu

Adolfo Marcos trata de remontarse a su primer año en el prau, pero no acierta a dar con la fecha porque lleva «toda la vida» esperando durante doce meses por su Xirin. «Estos días lo hablábamos entre amigos: será muy raro cuando llegue la fecha y no estemos montando la caseta, pero lo primero es la salud», reflexiona.

El prau Salcéu, desbordado de romeros. hugo álvarez

Por eso, a falta de casetas, ellos se las ingeniarán para conmemorar de alguna manera su día. «Para un praviano es imposible no celebrar ese domingo. Buscaremos cualquier disculpa, aunque sea tomar algo por el pueblo. Encontraremos alguna solución dentro de las normas que hay que cumplir. Está todo el mundo dándole vueltas a la cabeza, ideando alternativas», cuenta. Él cree que la cena de la víspera entre los grupos no se la va a quitar nadie. Siempre que las circunstancias sigan permitiendo como hasta ahora estos encuentros.

Juan Manuel FelizPresidente del CODIS

Nadie quiere quedarse de brazos cruzados cuando está la folixa en juego. Y si no que se lo pregunten a los vecinos de Ribadesella y Arriondas que, sin descenso del Sella, desfiles, ni verbenas, pondrán guapos sus balcones y ventanas para que los pueblos luzcan igual que siempre. «Haremos el concurso de engalanamiento de balcones. Tradicionalmente esos días se decoran muchas casas y lo vamos a hacer para que el pueblo amanezca decorado. Por supuesto, como siempre, habrá premio para los mejores», explica Juan Manuel Feliz, presidente del Comité Organizador del Descenso Internacional del Sella (CODIS).

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El público guarda el silencio previo a la salida. pablo lorenzana

No planean ir más allá porque quieren evitar, a toda costa, por el bien de todos, que se produzcan aglomeraciones, así que este 8 de agosto, detrás de cada puerta, en la ribera del Sella se vivirá una pequeña fiesta entre amigos y familiares, pero en el río no habrá más embarcaciones que las habituales.

Luis Martínez TejónPresidente de la Sociedad de Artesanos de Cangas de Narcea.

Y si en Arriondas no sonará el 'guarde el público silencio', en Cangas del Narcea tampoco se van a quedar callados aunque los voladores no hagan, por primera vez en muchos años, temblar las calles del pueblo. Los devotos de la Descarga buscarán la manera de paliar la ausencia festiva. Dicen por allí que el año comienza con El Carmen y La Magdalena, esa es para ellos su particular Nochevieja, y tener que vivirla en silencio es algo que les tiene tristes. «Tenemos pasión por la Descarga y estamos trabajando un año entero para cumplir ese día», confiesa Luis Martínez Tejón, presidente de la Sociedad de Artesanos Nuestra Señora del Carmen.

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Tiradores de la peña La Amistad, el año pasado. damián arienza

«Luchamos hasta última hora por poder hacerla, pero no podríamos cumplir las normas», así que tocó cancelar por la salud. Eso sí, esa noche, los amigos se juntarán, «estaremos unidos y hablaremos de la fiesta», señala. Teniéndose cerca, todo lo que se pueda, los unos a los otros, se reirán y disfrutarán de otra manera. Y no dejarán de trabajar para que cuando pueda volver celebrarse, la Descarga de Cangas sea la mejor folixa que nadie haya vivido nunca: «Seguiremos trabajando y que la virgen del Carmen nos ayude».

De momento, ya han podido cumplir con una de sus tradiciones. Sin verbena y con mascarilla, los mozos salieron a robar el arbolón. Lo hicieron en silencio y para sorpresa solo de algunos vecinos, pues otros les vieron desde sus ventanas y les aplaudieron por su valentía. Sin hacer el más mínimo ruido y prescindiendo de la pólvora «por responsabilidad», plantaron el árbol junto a la capilla del Carmen con aún más pasión que de costumbre.

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La fiesta, el año pasado en todo su esplendor. j. m. pardo

Una pasión similar por las tradiciones se vive en Laviana con su Descenso Folklórico del Nalón. A sus vecinos les ha tocado recibir en apenas una semana una de cal y otra de arena: la cancelación de su jira y la declaración como Fiesta de Interés Turístico Nacional. «Nos sirvió para quitar un poco el disgusto, para endulzarlo», reconoce Tamara Díaz, presidenta de la Asociación de Amigos del Descenso del Nalón.

Esta lavianesa y fiel del descenso ya maquina alternativas que, en cierta manera, ayuden a disfrutar de la jornada. «Hasta que no llegue el día no vamos a terminar de creernos que no lo hay», confiesa sin perder la convicción en que será una gran verano.

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«Hacer algo que sustituya al Descenso va a ser imposible, pero algo tenemos que hacer. Estamos buscando ideas y hemos hecho un llamamiento a las peñas para, por ejemplo, hacer una figura simbólica y exponerla por toda Laviana. También nos gustaría contar con las charangas», explica. Varias opciones para garantizar que nadie se quede sin sentir el ambiente festivo que conlleva la fecha, con pandemia o sin ella. «Queremos mantener un poco viva la llama», sostiene mientras se imagina ya los ecos de música por las calles y algo parecido a una romería.

Jenaro SotoPresidente de Festejos de Siero

Tampoco se ha librado de las consecuencias de la pandemia otro de los grandes clásicos del verano asturiano: el Carmín de la Pola, una de las folixas más emblemáticas y concurridas de la región. La sidra no correrá por el prau de La Sobatiella, pese al empeño que pusieron sus organizadores en intentar salvar su fiesta de la lista de cancelaciones. Al principio, pretendieron celebrarla, aunque solo fuera para sus socios, pero finalmente no pudo ser y tuvieron que resignarse haciendo gala de la lógica prudencia. «Lo triste es que haya una pandemia, que se cancele El Carmín no debe preocuparnos porque habrá más», opina Jenaro Soto, presidente de la Sociedad de Festejos de la Pola. Esa es su forma de consolarse y quizá la manera más prudente de afrontar la situación, aferrándose a la salud para disfrutar en los próximos años.

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La Sobatiella, hasta la bandera, el año pasado. imanol rimada

Hace unos meses, la Pola ya vio suspendida su romería de Güevos Pintos y entonces empezaron a presagiar que el día grande del verano peligraba. «Por lo menos se libró Comadres», y esa es la mejor forma de recordar que no todo fueron malas noticias este 2020. Los polesos, como todos, esperan pronto recibir las mejores nuevas que anuncien la llegada de una vacuna, eso significará que El Carmín de 2021 podrá celebrarse con la tranquilidad de disfrutar de la jornada sin ninguna preocupación ajena a la gran fiesta que pone una de las mejores muescas del calendario festivo asturiano cada mes de julio, el primer lunes después del Día del Carmen.

No amanecerá este 22 de agosto Luarca con el ruido de los voladores y será raro para los asiduos a San Timoteo despertar esa mañana como si fuera una más. En Luarca este verano se quedarán sin alzar los bastones mientras cantan entonan el 'eo eo eo' del himno de San Timoteo y celebran ante su capilla el día del Santo Patrón. No podrán desfilar ataviados con sus chambrones y con la T de pan colgada al cuello, aunque los luarqueses llevarán la procesión por dentro.

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Esta fiesta -que se celebró por primera vez en el año 1910- ha ido creciendo, ininterrumpidamente, desde entonces. En ella se reencuentran cada verano los valdesanos en la diáspora con los que aún viven en el concejo. Esta vez el prau estará cerrado y no podrán situarse cada uno en su rincón de siempre, cobijados bajo la sombra de algún árbol, para escanciar la sidra y recordarse allí sentados de niños, mientras que ahora a su alrededor son sus hijos y nietos los que les acompañan.

Tono Álvarez Presidente dela Cofradía de San Timoteo

Sí podrán repartir el bollo en la plaza Alfonso X El Sabio para, de esa forma, sentir que hay cosas que nunca cambian. Y ya dependerá de ellos animarse a hacerlo con su chambrón puesto y su T al cuello para rendir un pequeño homenaje a San Timoteo. «Volveremos en 2021 con el doble de ganas», anuncian desde la organización del festejo.

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San Timoteo, a reventar. damián arienza

Con tantas ganas frutradas de folixa, el próximo verano va a necesitar ampliar el calendario duplicando julio y agosto para acoger todas las romerías con ansias de recuperar el tiempo perdido en este 2020 marcado por el virus. Ya en junio quedaron sin poder celebrarse muchas de las grandes. No se prendieron las mágicas hogueras de San Juan y no hubo jira del Naranco ni fiestas de San Antonio en Cangas de Onís, entre otras muchas de las que se echaron en falta.

Y así seguirá. El Carmen tampoco se va a celebrar como siempre en Luanco ni en la práctica totalidad de localidades marineras que se encomiendan a la virgen de julio. Ni se libran los festivales como el ya emblemático Aquasella, que iba a llenar de música electrónica Arriondas del 20 al 23 de agosto, o el Prestoso Fest de Cangas del Narcea.

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Tampoco podrán este verano despegar los aviones para hacer sus piruetas sobre la bahía de San Lorenzo. El Festival Aéreo -que se hubiera celebrado el 26 de julio- reúne, edición tras edición, a miles de gijoneses y visitantes venidos de toda España.

Y continúan las cancelaciones por mucho que agosto avance. No habrá Descenso de la Ría de Navia ni su fiesta mientras otras romerías aún están a la espera de conocer cuál será su futuro, porque nadie quiere suspender la folixa hasta que no quede más remedio.

Entre las que ha optado por reinventarse y seguirán en marcha, aunque eso implique hacerlo de una forma que, hasta ahora, hubiera sido impensable, mediante celebraciones virtuales o transformando su programación, destacan la Semana Negra, Metrópoli y la Semana Grande de Gijón, el San Mateo de Oviedo y el San Agustín de Avilés. A ellas se suman otras como la Feria de la Conserva de Candás, que también ha optado por seguir adelante reduciendo aforos y garantizando que se cumplan todas las medidas de seguridad. Otras como la Fiesta de la Oficialidá de Bimenes pondrán una pantalla de por medio a la folixa, pero mantienen la celebración y la reivindicación que conlleva.

Son maneras de seguir haciendo que el verano sea verano en esta 'nueva normalidad' que ya tanto echamos de más. Porque los asturianos y los muchos que nos acompañan año tras año lo que realmente quieren, queremos, es volver a ver el cielo iluminado por los fuegos articiales la noche de Begoña en Gijón, sentir el pecho temblar con la pólvora de Cangas del Narcea, escuchar cantar a un pueblo al únisono a su San Timoteo y que corra la sidra en El Carmín de Pola, con medies azules o sin ellas.

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Todo eso seguro que volverá muy pronto y si ya antes se valoraba, ahora, mucho más. Porque todos sabremos cuando nuestras tradiciones regresen, que hubo un verano en que las echamos demasiado de menos. Y contaremos entonces que buscamos la manera de encontrarnos de otro modo y de hacer de aquellos meses del verano de 2020 algo parecido a un verano de verdad. La primera vez que una orquesta cierre la noche cantando en el prau el 'Asturias' de Víctor Manuel sabremos que no olvidaremos ese instante en el que sentimos que estábamos de vuelta.

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