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Confinados, mejor yoga que aerobic

'Quédate en casa', pero... El confinamiento por el estado de alarma está alterando la convivencia vecinal y dando lugar a denuncias y quejas hasta por la manera de hacer deporte

LAURA MAYORDOMO

Lunes, 27 de abril 2020, 02:23

El 'quédate en casa' está poniendo a prueba la paciencia de los ciudadanos. Sacando a la luz lo mejor, pero en ocasiones también lo peor del ser humano. Los ejemplos de colaboración y solidaridad vecinal se ven en ocasiones salpicados de denuncias a la Policía Local o quejas al administrador para que recuerden y hagan cumplir las normas que rigen para estos tiempos de confinamiento. A veces, hay quien, simplemente, decide actuar por su cuenta. Como la vecina que, molesta por la presencia de un grupo de personas que charlaban en la calle como si tal cosa, optó por disolver la reunión lanzando una bolsa llena de agua por la ventana. Porque ya se sabe, en cuarentena, las conversaciones, mejor por teléfono.

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Hay a quien le molestan los aplausos de las ocho de la tarde cuando éstos van acompañados de algarabía, vítores y las notas del 'Resistiré' o el 'Asturias, patria querida' a todo volumen. Ocurrió en Pola de Siero y obligó al alcalde, Ángel García, a emitir un bando para pedir que las muestras de gratitud a los sanitarios no durasen más de quince minutos; luego aumentó el plazo a una hora para la 'postfiesta' por semana y otra más en el 'finde'. También la alcaldesa de Gijón, Ana González, recomendó moderación y tiró de ironía: «No compitamos con Bruce Springsteen».

Sin apenas gente por la calle, los conflictos se trasladan puertas para dentro. Con denuncias o quejas por el uso indebido de zonas comunes, por tener la música demasiado alta o por ponerse a hacer chapucillas en casa, martillo en mano, sin tener en cuenta el descanso del vecino. Hasta lo de mantenerse en forma entre cuatro paredes ha sido motivo de conflicto. En una urbanización que cuenta con gimnasio privado, algunos inquilinos, al enterarse de que no podrían usarlo durante una buena temporada, optaron por llevarse las máquinas y aparatos a su casa. En otra comunidad, el administrador de fincas tuvo que enviar una circular recordando que «por el bien de su salud y una buena convivencia vecinal» hay «multitud de ejercicios que practicados adecuadamente permiten la tonificación del cuerpo y evitan producir molestias a los vecinos, si son realizarlos con calzado adecuado, apoyando los pies en las punteras». Y dejaba un consejo: mejor ejercicios de yoga, abdominales, planchas y flexiones.

Un vecino al que se le cerró el portal al ir a echar la basura optó por cambiar la cerradura. Pero dejó una llave bajo el felpudo

Las anécdotas que está provocando el confinamiento son muchas y variadas, cuentan en el Colegio Oficial de Administradores de Fincas de Asturias. Como la del joven que salió a tirar la basura sin llave del portal y al volver se encontró con la puerta cerrada. Llamó a un cerrajero y cambió la cerradura. «¿Cómo hizo eso? ¿No se dio cuenta de que los demás vecinos no podrían entrar en el portal?», le preguntó el administrador cuando le llamó al día siguiente para contarle lo ocurrido. «Pero si dejé una copia de la llave debajo del felpudo», se justificó el susodicho.

En otro edificio, unos vecinos, temerosos ante la posibilidad del contagio, se negaban a dejar entrar en su domicilio al fontanero que iba a arreglar la avería que había provocado humedades en el piso inferior. Al final, tuvo que intervenir la Policía.

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Para que reine la paz y la buena convivencia vecinal solo hacen falta paciencia y sentido común. Aún quedan, como mínimo, dos semanas más de confinamiento. Tranquilidad.

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