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Erupción del volcán en La Palma. C7

Evacuación masiva en La Palma por el volcán

El nivel de emergencia ha pasado a rojo en cinco municipios mientras sigue expulsando lava y ceniza con virulencia | Más de 5.000 personas han sido ya evacuadas de la zona donde avanza la colada

JOSÉ ANTONIO GONZÁLEZ

Domingo, 19 de septiembre 2021

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15:12 hora canaria, una más en la España peninsular. Esta fue la hora exacta en la que ayer el fluido magmático se abrió paso entre la tierra canaria de Montaña Rajada, en el municipio de El Paso. Así se puso fin a más de una semana de temblores (el Instituto Geográfico Nacional (IGN) registró más de 6.600 pequeños seísmos) que ha acabó con un pequeño terremoto en el barrio de Las Manchas, al sur del municipio de El Paso, con foco en superficie y que dejó una enorme columna de humo y la expulsión de piroclastos. El resto ya es historia.

Tras varias explosiones, la montaña de La Palma comenzó a escupir ceniza, humo y lava, que salió primero dos fisuras o bocas eruptivas en dos lugares diferentes del monte que luego se convirtieron en siete. «Afortunadamente, toda la población está evacuada», explica Juan Arturo, concejal y portavoz de Protección Civil de Santa Cruz de La Palma. Ahora el foco de atención de las autoridades es vigilar el recorrido de las coladas de lava que sigue expulsando el nuevo volcán. Al menos ocho casas ya resultaron a últimas horas de la noche de ayer dañadas por el paso de la lava.

El volcán se originó en una zona de monte no habitada, pero generó algunos pequeños incendios. El nivel de emergencia se sitúa ya en semáforo rojo (el más alto) para las poblaciones de Tazacorte, El Paso, Fuencaliente, Mazo y Los Llanos de Aridane, con unas 35.000 personas afectadas en total. Según detalló la Guardia Civil, se puso en marcha la evacuación de más de 5.000 personas, que podrían llegar hasta 10.000, de los núcleos de Las Manchas (Las Manchas de Abajo, Jedey, San Nicolás y El Paraíso), que comprende los municipios de El Paso y Los Llanos de Aridane (donde se desalojó a 700 personas, la mayoría de ellas, turistas, que estaban de vacaciones en el hotel de Puerto Naos); El Charco (Fuencaliente), La Bombilla (Los Llanos de Aridane y Tazacorte) y el Remo. Además, se cortaron al tráfico las carreteras LP-212, LP-214, LP-105 y LP-301. Mientras, el Gobierno de Canarias pidió la movilización de la Unidad Militar de Emergencias (UME).

«Hay que tener cuidado con los gases, porque son perjudiciales y venenosos», alerta Jesús Ibáñez, catedrático de la Universidad de Granada e investigador del Instituto Interuniversitario Andaluz de Geofísica y Prevención de Desastres Sísmicos. «Mientras la lava esté caliente y la fisura habrá emisión de estos gases». Las autoridades han recomendado a la población que cierre todas las ventanas y puertas exteriores y baje las persianas.

La actividad volcánica en la isla de La Palma vuelve a abrirse paso medio siglo después de la erupción del Teneguía en 1971, al sur de la isla. Ahora, prácticamente en el centro, la lava sale a la superficie después de que, en 2017, la actividad sísmica en la zona se reactivara.

«No se podía prever, pero sí sabíamos que era inminente», puntualiza Raúl Pérez, científico del Instituto Geológico y Minero de España y que ha estado trabajando en La Palma. «Todos nuestros cálculos señalaban que el proceso era más rápido de lo que se cabría esperar», detalla.

Durante la última semana, los ojos y la atención de sismólogos y vulcanólogos españoles se han centrado en la pequeña isla de La Palma. «En ocho días hemos visto un movimiento muy rápido de material fluido hacia la superficie», relata Pérez. Un ascenso que se ha reflejado en los 6.600 seísmos que comenzaron el sábado 11 de septiembre «a 22 kilómetros bajo la superficie» y han acabado en la erupción de este nuevo volcán.

11 millones de m3 de lava

En los últimos días, los científicos presentes en la isla canaria registraron cómo la zona de la Cumbre Vieja, epicentro de los seísmos, se deformó unos 10 centímetros llegando hasta los 15 centímetros en las horas anteriores», según ha informado el Instituto Geográfico Nacional.

En los últimos días, los científicos de la isla canaria registraron cómo la zona de la Cumbre Vieja, epicentro de los seísmos, se deformó unos 10 centímetros llegando hasta los 15 centímetros en las horas. «Este patrón de deformación se puede interpretar como el efecto de la presurización de un pequeño reservorio magmático, con un volumen de aproximadamente de 11 millones de metros cúbicos», apuntaba horas antes de la erupción el Instituto Geológico Nacional.

Esto supondría el equivalente a la cuarta parte del material que emitió la última erupción registrada en la isla, la del Teneguía (1971) con 43 millones de metros cúbicos en 24 días de duración, según datos de la Sociedad Geológica de España.

Durante la última semana, los ojos y la atención de sismólogos y vulcanólogos españoles se han centrado en la pequeña isla de La Palma. «En ocho días hemos visto un movimiento muy rápido de material fluido hacia la superficie», relata Pérez.

Un ascenso que se ha reflejado en los 6.600 seísmos que comenzaron el sábado 11 de septiembre «a 22 kilómetros bajo la superficie» y han acabado en la erupción de este nuevo volcán.

Vídeo. Consorcio de Emergencias de Gran Canaria

Ahora la duda queda en saber cuánto durará la erupción. «Es muy difícil de saber», responde el científico del Instituto Geológico y Minero de España. «No sabemos si se sigue alimentando desde más debajo de esos 22 kilómetros, porque ya no tengo terremotos», apostilla.

Los episodios volcánicos más recientes en España, los de Tagoro (El Hierro) y Teneguía (La Palma) duraron semanas. La clave, apunta Pérez, se centra en «vigilar la lava». «Cuando esté aumentando la viscosidad, podemos entender que se puede llegar a un freno de ese fenómeno», explica.

«A veces olvidamos que vivimos en un país con volcanes activos»

La erupción en La Cumbre Vieja de La Palma ha vuelto a recordar el origen volcánico de las Islas Canarias. «A veces olvidamos que vivimos en un país con volcanes activos», apunta al teléfono Raúl Pérez, científico del Instituto Geológico y Minero de España.

En octubre de 1971, hace 50 años, se produjo la última erupción en La Palma, con el Teneguía, que también fue la última erupción terrestre en España. Más reciente, en 2011, fue la erupción submarina de El Hierro. «Tenemos erupciones históricas de siglos anteriores», recuerda Pérez. «¿Por qué no se pueden volver a producir?», se pregunta.

La primera erupción volcánica en La Palma se remonta a una fecha sin concretar a mediados del siglo XV, según el Instituto Geográfico Nacional (IGN), y ocurrió en el volcán Tacande o Montaña Quemada de La Palma.

En España existen varias áreas volcánicas, como son las Islas Canarias, la comarca de La Garrotxa (Girona), Cabo de Gata (Almería), Cofrentes (Valencia), las Islas Columbretes (Castellón) y Campos de Calatrava (Ciudad Real).

Solamente en La Garrotxa y en Canarias se han producido erupciones volcánicas durante los últimos 10.000 años, según el Instituto Geográfico Nacional. Concretamente, La Palma es una isla joven donde, según los geólogos, el magma continúa su expansión por el sur de la isla, lugar donde se ubican los dos últimos volcanes de San Juan de 1949 o el de Teneguía. «En cualquier momento pueden despertar», detalla. ¿Sobre el Teide? «No podremos saber lo que está soñando, pero cuando se despierte, sabremos lo que va a ser», sentencia.

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