Unicef pide que los colectivos vulnerables tengan prioridad para volver a clase

Aún no está claro que los niños asturianos y los estudiantes de segundo de Bachillerato vayan a volver a clase a partir del día 25 de mayo. Al menos, en Asturias. En otras comunidades, como Andalucía, han decidido que nadie regresará hasta septiembre. Y otros, como el País Vasco, han optado por dar la oportunidad tan solo a quienes preparan la EBAU.

Ante lo que pueda pasar, todos los sectores se preparan ante esa posibilidad. Lo prioritario, es evidente, es la seguridad de los pequeños y los docentes.

Por eso, Unicef ha publicado la guía 'Proteger la salud en las aulas', para cuando las aulas vuelvan a abrir sus puertas. El documento, que va acompañado de un vídeo, analiza cuatro aspectos fundamentales: el funcionamiento seguro, la continuidad del aprendizaje, la atención a las personas más vulnerables y la garantía de protección y bienestar.

Pero no solo eso, sino que Unicef hace un completo análisis de lo que ha supuesto la pandemia en la educación y en el bienestar de niños y niñas. Así, por ejemplo, durante los primeros cuarenta días del confinamiento, la Fundación Anar ha atendido 1.049 peticiones de ayuda a través de su chat de ayuda a niños, niñas y adolescentes, detectando un incremento significativo de la violencia intrafamiliar, pasando en un mes del 36,1% al 46,9%. Por su parte, según el estudio internacional de enseñanza y aprendizaje 2018 promovido por la OCDE (estudio TALIS3 , por sus siglas en inglés), la brecha digital no sólo afecta a los estudiantes: únicamente el 36,2% de los docentes españoles se sienten preparados para usar las TIC para la enseñanza. Además, esta situación puede empeorar las cifras de abandono escolar temprano.

Unicef apuesta por la reapertura de las escuelas, considera que es necessario. Tan importante, de hecho, que «la posibilidad de que volvieran a cerrar por fallos en las medidas de prevención sería un golpe durísimo en términos educativos, sociales, económicos, laborales y de protección de la infancia. Por eso es esencial que las escuelas reabran con todas las garantías». La organización incide que es necesario «un marco de políticas y de financiación» suficiente para adoptar todas las medidas de seguridad necesarias.

«Garantizar el funcionamiento seguro de la escuela mientras existe el riesgo de expansión del coronavirus puede alterar muchas de las rutinas diarias, desde los horarios, al tamaño de los grupos, pasando por las metodologías de aprendizaje o la selección de contenidos didácticos», admite Unicef. Son cuestiones que ya se han ido poniendo sobre la mesa: desde un regreso escalonado, por turnos rotatorios, compaginar enseñanza presencial y 'online'.... todas las posibilidades están abiertas. «Cada equipo directivo, en coordinación con las autoridades educativas y de salud y contando con la participación de la comunidad debe planificar cuidadosamente la implementación y comunicación de las medidas de seguridad e higiene».

La organización pone de manifiesto, como otras muchas voces han advertido en estas semanas, de que el impacto del cierre de los colegios ha sido muy diferente según los grupos de edad y las características socioeconómicas de las familias, además de los escolares con necesidades educativas especiales. Hay una frase que se ha convertido casi en un mantra: que nadie se quede atrás. Pues bien, Unicef da por hecho que eso no se ha podido garantizar. «Ante la gran cantidad de estudiantes que se están quedando rezagados en su educación debido al cierre prolongado de las escuelas, urge adoptar medidas que puedan compensar esa pérdida». De hecho, Unicef va un paso más allá y pide que los colectivos más vulnerables tengan prioridad en el acceso a la enseñanza presencial. También solicita especial atención a los niños que ya estuvieran en riesgo de «abuso, maltrato o negligencia», ya que su situación puede haber empeorado durante el confinamiento.

Dicho esto, la organización deja claro que el esfuerzo no acaba ni mucho menos con la reapertura: hay que mantenerlo mientras haya virus. Y así, será necesario, incide, garantizar las distancias, el aislamiento de los contagios, las medidas de higiene (lavarse las manos frecuentemente, no tocarse la cara, cubrirse con el codo al toser...), así como la limpieza y desinfección de las instalaciones.

A partir de ahí, Unicef señala toda una serie de cuestiones a tener en cuenta, que, sin duda, van a suponer un gran esfuerzo de planificación: desde la organización de las actividades extraescolares hasta la formación y apoyo al profesorado, pasando por la previsión de posibles cambios en el calendario escolar (tanto en lo referente a exámenes como a vacaciones).

También habrá que tener en cuenta la planificación de rutas escolares seguras, que pueden pasar por el fomento de los desplazamientos a pie o bicicleta. Incluso de un vehículo particular, más seguro en estas circunstancias que el transporte colectivo.

Respecto al alto nivel de exigencia en la limpieza y desinfección de los colegios, Unicef ofrece unas normas claras, que incluyen por ejemplo retirar adornos y «elementos difíciles de limpiar y desinfectar frecuentemente». En el caso de Asturias, y aunque la Consejería de Educación ha solicitado a los ayuntamientos que comiencen con las limpiezas, no se ha ofrecido un protocolo claro de cómo se debe proceder y en qué debería consistir una higienización específica contra el coronavirus.

Los comedores escolares serán uno de los principales problemas. Esta guía aconseja desinfectar regularmente todos los utensilios de cocina, así como escalonar los horarios de comida para evitar aglomeraciones y dejar tiempo entre los turnos para limpiar.

El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia recoge también indicaciones para la atención a colectivos vulnerables, niños y niñas que se hayan quedado rezagados, familias que no se hayan conectado a las plataformas educativas en todo este tiempo, alumnado de necesidades educativas especiales...